Su presidente, Carlos Estévez, recuerda que la sociedad fue la "verdadera" impulsora de la ULPGC.
La Fundación Universitaria de Las Palmas se fundó hace treinta y cinco años, seis meses después de la manifestación multitudinaria en Las Palmas de Gran Canaria reivindicando la universidad en la isla. Se trata de una fundación privada "pero muy popular", como lo demuestra sus ochenta patronos, cinco de los cuales son entidades públicas y el resto agentes de la sociedad civil. Estévez señala que la historia de la fundación es "una historia de transformismo", pasando de ser promotora de la universidad a canalizar las aportaciones de la sociedad civil hacia la entidad educativa una vez que ya fue creada.
La Fundación se financia poniendo precio a los servicios que presta a la Universidad, pues los patronos no aportan dinero, salvo para fines muy concretos. Los servicios que presta son aquellos "que faltan", es decir, los producidos por los desajustes entre la formación y el empleo. Así, los programas de becario y de formación profesional se orientan a las personas que ya han terminado los estudios universitarios: "La fuerza del sistema es que las empresas participan exponiendo sus necesidades". Hoy día, otras universidades están copiando este modelo que coloca a unos 500 becarios al año, personas que adquieren experiencia laboral antes de acceder a un trabajo. Para Estévez, sería "ideal" que la formación en competencias estuviese dentro del propio sistema educativo.
Considera que la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria tiene una enorme vinculación con la sociedad y que la sociedad protege mucho a la universidad "porque piensa que la creó ella misma, lo cual es cierto". Sin embargo, entiende que el "gran problema" de la universidad española es la de su propia universalidad, que la lleva a no comprometerse más con su entorno y "dar respuesta a las necesidades" más cercanas. Así, señala que la universidad está para eliminar las brechas sociales, "algunas de las cuales tienen una dimensión local, que requieren de medidas locales".
Gobernanza universitaria
Estévez considera que el sistema de elección del rector es "difícil de entender", por su carácter estamental, pero afirma que el rector tiene sus funciones, por lo que no es partidario de su profesionalización. Considera que la gran necesidad a nivel de gobernanza es que los órganos "cumplan sus funciones". Así, afirma que el Consejo Social no ha bien entendido desde su creación, pues se le interpretó "como un órgano externo que venía a controlar a la universidad". Sin embargo, su naturaleza obedece a que los gobiernos hacen transferencias incondicionales a la universidad, "que las puede ejecutar de forma autónoma". A cambio, establecen un órgano de representación social que determina la estrategia de la universidad y las necesidades de evolucionar: "Pero no se les ha dado los medios".