El periodista cultural Javier Moreno nos dice que nada nos pone ante la evidencia de que países y regiones son una especie de “alucinación” como el resultado de unas elecciones.
Señala Moreno que, desde hace mucho tiempo se sabe que las dos alucinaciones más sobresalientes que experimenta el ser humano son las de la existencia de Dios y la de la existencia de uno mismo: ninguna puede ser demostrada por medio del método científico. Gracias al antropólogo Benedict Anderson sabemos que hay una tercera alucinación sin la cual no es posible concebir la experiencia humana: la alucinación de que vivimos en una comunidad.
Moreno considera que las elecciones siempre reactivan este último tipo de alucinación, “al mismo tiempo que la ponen en riesgo”. Esto es así, dice, porque en período electoral se hace más acuciante apelar a la supervivencia de la comunidad para que el electorado entienda “de qué va la cosa”. Eso explica, a su juicio, expresiones que, cuando se analizan en frío, “carecen de sentido”. Es el caso de “la voz de Canarias en Madrid” o “salvemos a España”.
Lo cierto, dice Moreno, es que gran parte del esfuerzo cultural se tiene que orientar a hacernos creer que esos tres conceptos, Dios, yo y la comunidad, son algo más que meras alucinaciones.