La “cultura Marchena” o cómo mantener el silencio

El periodista cultural Javier Moreno comenta el artículo “Soy ‘millennial’ y me pregunto: ¿de verdad no podemos apagar el móvil en el teatro?", publicado recientemente por el actor Ricardo Gómez.

El actor lamenta que en todas y cada una de las 85 funciones de "Rojo", la obra que he estado representando durante siete meses, sonó al menos un teléfono móvil. Moreno señala que esta queja es bastante frecuente en esa parte de la cultura que se reconoce "como una forma de religión, como una liturgia en la que mientras el sacerdote habla, los fieles callan. Para Moreno, este "estilo cultural Marchena", en referencia al magistrado del Tribunal Supremo, del "mantenga silencio mientras yo hablo" es bastante habitual en la música clásica desde el siglo XIX. Antes, dice, "la gente iba a los conciertos y, sobre todo a la ópera, a hacer vida social y lo último en que pensaban era en respetar la obra musical". Señala que fue Richard Wagner el que decidió apagar las luces del teatro para que a los aficionados "no les quedara más remedio que escuchar en silencio el coñazo de óperas de cinco horas".

Moreno afirma que Ricardo Gómez debería reflexionar sobre el hecho de que si la gente usa el móvil durante su espectáculo es porque los mensajes de Whatsapp y las novedades de Twitter son A) más interesantes que su obra o B) perfectamente compatibles con la misma, ya que no requiere tanta atención como el actor cree.