Vigilar la dieta, compensando los excesos, es la clave para que las navidades no nos pasen factura con problemas de salud, según nos explica Antonio Acosta, director médico de Hospitales San Roque en Maspalomas.
El responsable médico señala que la navidad “afecta mal” a la salud porque en enero “tendremos algunos quilos de más y eso no es tan bueno”. Los desequilibrios nutricionales de estas fechas tienen una dimensión tanto cuantitativa como cualitativa: comemos más y comemos peor, porque ingeriremos “muchas grasas, muchos carbohidratos refinados y algo más de alcohol”.
No obstante, Acosta recuerda que no hay alimentos buenos y alimentos malos, “lo importante es el patrón”. Así, un patrón bueno es comer menos alimentos grasos, “aunque las grasas son necesarias, todo depende de los niveles” y más vegetales, verduras y frutas.
En particular, es muy importante leer bien las etiquetas de los productos. Así, debemos evitar las grasas saturadas, presentes en la mantequilla, la manteca de cerdo, el aceite de coco y el de palma, porque son grasas dañinas para la salud. Debemos favorecer, por el contrario, las grasas insaturadas, como la del aceite de oliva y girasol y debemos evitar también las denominadas grasas trans, grasas insaturadas que mediante un proceso químico han sido transformadas en saturadas para que duren más tiempo.
Compensar la dieta
Para el especialista, el secreto de la salud en navidad es compensar la dieta: “Si en una semana nos saltamos la dieta un día o dos y lo compensamos el resto de la semana, el cuerpo lo asimila”, pero “saltarse la dieta cinco días y tratar de compensarla con en dos días es engañarnos a nosotros mismos”.
En particular nos invita a mantener a raya el consumo de alcohol, pues afectan a los triglicéridos en la sangre: “El alcohol sube los triglicéridos y es malo para el hígado, para el corazón, para el cerebro y puede producir pancreatitis”. Afirma que a los médicos les disgusta decir a alguien que no puede tomar nada de alcohol, “pero cuando toca, toca”.
Frutos secos
Lo ideal sería cumplir con la dieta mediterránea, es decir, productos frescos, carbohidratos no refinados, pescado con cierta frecuencia y no abusar de las carnes. Además, debemos incorporar a la alimentación los frutos secos por su riqueza en grasas insaturadas y oligoelementos necesarios para el organismo. Acosta cita un estudio realizado en España durante cinco años que demostró que en personas de mediana edad el consumo de una dieta rica en aceite de oliva virgen y un puñado de frutos secos redujo un 30% el riesgo de enfermedad. “Los frutos secos han demostrado ser muy beneficiosos para la salud cuando se consumen 30 gramos diarios, es decir, seis u ocho nueces”.
Antonio Acosta
Antonio Acosta es licenciado en Medicina por la Universidad de Granada y doctor en Medicina por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Ha sido médico adjunto del Servicio de Medicina Interna del Hospital del Pino y luego del Doctor Negrín. Desde el pasado 1 de octubre Antonio Acosta es el director médico de Hospitales San Roque en Maspalomas.