Jovanka Vaccari habla con el doctor en ciencias biológicas Eduardo Angulo Pinedo sobre la intervención evolutiva de la selección natural y sexual en los "gustos" de hembras y machos para "elegir" pareja.
“Si lo que tiene éxito evolutivo es lo que sobrevive, es lógico que se busquen personas atractivas por su apariencia de ser personas sanas”, afirma el experto, que recuerda que, no obstante, los conceptos de belleza y persona sana “evolucionan con el tiempo y con la cultura”. Así, en el siglo XIX, el ideal de belleza femenina estaba representado por “una mujer gordita”, mientras que ahora se trata de “mujeres muchísimo más delgadas”. Lo mismo sucede en el caso de los hombres: “En los tiempos de Julio Verne, los hombres atractivos eran gordos, señal de que comían bien y podían dar seguridad para el futuro”.
Angulo recuerda que cuando se habla de evolución se habla de “miles de años, que es lo que tardan los genes en cambiar”. En cambio, “culturalmente cambiamos muy rápido”. Así, desde el punto de vista evolutivo se sabe que la dieta de nuestros antecesores era vegetal. Por tanto se dedicaban a la recolección en grupo “y las tareas eran iguales para hombres y mujeres”. En cambio, cuando nos convertimos en cazadores recolectores, “llegó la división de trabajo y apareció el patriarcado. Las mujeres se quedan cuidando las crías y haciendo la recolección, mientras los hombres cazan”. Pero no estamos condenados a repetir este esquema: “Es un poco estúpido, incluso desde el punto de vista egoísta, que vivamos en una sociedad donde despreciamos el talento que hay, el talento de las mujeres. No tiene ningún sentido. Debemos evolucionar culturalmente para aceptar todo ese talento”.
Respecto del amor romántico, Angulo considera que es “uno de los elementos que ha seleccionado la evolución” porque facilita el compromiso para criar juntos a las crías. Por tanto, el amor “es una cuestión de hormonas”. Al igual que en el caso anterior, no estamos obligados a reproducirlo: “Ahora podemos buscar culturalmente ese compromiso para la cría”.
Eduardo Angulo
Eduardo Angulo es profesor retirado de Biología Celular de la UPV/EHU. Su investigación sobre la relación entre células y tejidos con el medio ambiente le hizo merecedor de la publicación de más de un centenar de artículos en revistas nacionales e internacionales.
Autor de Julio Verne y la Cocina, La vuelta al mundo en 80 recetas (2005), Monstruos, Una visión científica de la Criptozoología (2007) y El animal que cocina, Gastronomía para homínidos (2009). Ha colaborado en el libro colectivo Misterios a la luz de la Ciencia (2008). Desde 2007 publica los blogs La Biología Estupenda y Cine, Literatura y Medio Ambiente. Colaborador en radio.