El viceconsejero de Industria, Energía y Comercio se mostró tajante en nuestro programa especial sobre el sistema energético y renovable de Canarias
“El mar cercano es tan canario como el Roquenublo”, ha manifestado a El Espejo Canario el viceconsejero de Industria, Energía y Comercio del Gobierno de Canarias, Adrián Mendoza, para lamentar la falta de competencias de la comunidad autónoma en la tramitación de parques eólicos marinos, “una reclamación que siempre hemos pedido” y que ha sacado a colación después de que el periódico La Provincia desvelara en el día de hoy que la empresa ACS de Florentino Pérez tiene previsto instalar “un proyecto expetimental con tecnología semiflotante” enfrente de la costa de Juan Grande, en el sur grancanario, proyecto que, aseguró, conocía el Ejecutivo canario.
Respecto a la potencia con la que cuenta actualmente el Archipiélago para promover las energías renovables, el consejero puntualizó que “hay dos medidas diferentes: estamos en un 12 por ciento de potencia instalada, mientras que la que funciona está en torno a un 8-9 por ciento”, aclarando que “los parques eólicos construidos están funcionando a una potencia de 12 megavatios” y los que están en construcción aportarán 100.
“A final de año”, dijo, “calculo que podamos tener una potencia eólica instalada, entre Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote, unos 170 megavatios nuevos si no aparecen más bombas lapas”, en alusión a la ‘rebelión’ de ayuntamientos y cabildos de Fuerteventura y Lanzarote surgida durante el proceso con la instalación aérea de las torres de alta tensión previstas en estas dos islas.
En este sentido, el consejero entonó un mea culpa por “haber explicado mal que las renovables tienen consecuencias en el territorio” a pesar de sus otras bondades. Los parques eólicos han sufrido rechazo por parte de algunas localidades debido al impacto visual que provoca la concentración de aerogeneradores pero, a cambio, “no se ve humo” como ocurre “en Juan Grande, Jinámar, Caletillas, Granadilla, Las Salinas de Fuerteventura…”.
El consejero, que hoy tiene una reunión con Red Eléctrica de España (REE), responsable de la instalación de las torretas eléctricas, ha asegurado tajante que “no es posible soterrar las líneas de alta tensión” tal como piden las instituciones y población de Lanzarote y Fuerteventura, excepto “en algunas zonas” que se ha solicitado a REE “y está cumpliendo”. Concretamente, en el sur de Lanzarote se pueden soterrar más kilómetros de línea a la altura de Femés, cuyo sobrecoste será sufragado “por todos cuando se trata de suelo urbano, a través de la tarifa eléctrica, mientras que lo paga quien lo solicita cuando se realiza sobre suelo rústico”. El consejero calcula sobre 1.2 millones de euros el kilómetro soterrado frente a 600-700 mil la aérea.
Por otra parte, Red Eléctrica de España —con quien Mendoza reconoce mantener una relación tensa—, ha anunciado que hasta 2022 no será posible la construcción de la central Chira-Soria prevista para Gran Canaria, aunque el consejero estima que “la autorización va a estar mucho antes, en 2020” a pesar de las dificultades constructivas que entraña: “Además de reforzar las dos presas, allí va una galería con una central eléctrica que no es una obra sencilla”, señaló. En cualquier caso, Adrián Mendoza subrayó que “necesito Chira-Soria porque, sin ella, toda la potencia y eólica que se va a instalar va a cubrir Gran Canaria de aerogeneradores pero sin tener kilowatios verdes en nuestras casas”, que requieren de almacenamiento.
El gas
“Tenerife va a tener en breve planta de gas porque, por fin, el Ministerio la va a autorizar”, continuó el consejero con su repaso a la situación de energética de Canarias, asegurando que, de no disponer Gran Canaria de la suya, “los cruceros y buques que están viniendo tendrán que recargarse” con el gas de Tenerife, con la consiguiente diferencia de precio y pérdida de competitividad de los puertos de Las Palmas. Mendoza apeló a la introducción en el Archipiélago del concepto ‘transición energética’ que aplican los países desarrollados, como los nórdicos, para “descarbonizarse” e independizarse de los combustibles fósiles gradualmente hasta disponer de un sistema totalmente renovable poniéndose una meta cronológica, “año 2050, por ejemplo”.