El ingeniero industrial, miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y asesor del Cabildo de Lanzarote es partidario de ejecutar el proyecto de REC
Tarde lo que tarde, “sean 70, 100 o 150 años”, Morales de Labra se muestra “optimista” respecto al uso del petróleo “porque terminaremos agotando” la reserva que queda “al ritmo que lo consumimos y sin posibilidad de reposición”. De ahí, también el optimista título de su último libro, Adiós petróleo.
El experto en energía y asesor externo de la Comisión Ejecutiva de Cambio de Modelo Energético del Cabildo de Lanzarote, quien alerta de que “estamos viviendo un espejismo” y de que “hay un cambio evidente en la temperatura del planeta”, considera que habría que acabar cuanto antes con la explotación del combustible fósil “si no queremos incrementarla” más allá del límite de 2ºC establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aunque reconoce que “cambiar un mundo que vive tan dependiente del petróleo es un esfuerzo titánico” que cambia las reglas de juego de la economía a nivel global.
A las dificultades geopolíticas que se oponen a que dicho cambio se produzca a la velocidad que requiere el planeta, Morales recuerda que “sin subir el precio de la luz y con la tecnología actual en renovables, podríamos cubrir en un 75% las necesidades de energía” que hoy sólo están cubiertas en torno a un 6%. “A día de hoy las renovables son más baratas y rentables”, continuó Jorge Morales, “por eso los grandes fondos de inversión están movilizando su dinero del carbón y el petróleo hacia las renovables”, observación que le permite persistir en su optimismo porque pueden darse cambios “en el corto plazo”.
Adiós, petróleo
El libro de Morales, puesto ya a la venta desde el pasado jueves, pretende trasladar “en un lenguaje coloquial y didáctico”, con una lectura en la que “no se tarda más de dos horas”, una comprensión histórica del mundo de las energías con el petróleo como hilo conductor, así como un argumentario para la apuesta por el desarrollo de las renovables frente a otras fuentes posibles, como la nuclear, dada la insostenibilidad del modelo energético actual: “El Producto Interior Bruto (PIB) de los países”, así como las recesiones económicas o el bolsillo de cada ciudadano, se ven afectados por las fluctuaciones del precio del petróleo, precisó para indicar la enorme influencia que tiene el ‘oro negro’ en el devenir geopolítico mundial.
“El precio de las energías renovables la están marcando actualmente los productores de petróleo” que se han sumado al desarrollo de las mismas, señaló para poner como ejemplo “Abu Dabi, donde está el récord del precio de la energía solar, a menos de 30 euros el megavatio”, mientras que en España “estamos pagando a las centrales de gas 100€ el MV y, en Canarias, a más de 200”. “Tenemos que reflexionar qué estamos haciendo”, dijo.
Canarias
Por último, y remitiéndose al caso de las torres de alta tensión de Red Eléctrica en Canarias (REC) previstas para Fuerteventura y Lanzarote, que han sembrado la discordia entre los ayuntamientos y cabildos de las islas y el Gobierno de Canarias por el trazado aéreo o soterrado de las mismas, Jorge Morales de Labra se ha mostrado partidario de ejecutar el proyecto de REC “porque no podemos tener un sistema eléctrico sin líneas eléctricas”, incluidas las de evacuación que requiere el sistema eólico, aunque ha sido categórico al afirmar que “declarar el proyecto de Interés Estratégico a priori y no contar con la opinión de muchos organismos afectados no es una buena práctica”, opinión que ha trasladado al presidente del Cabildo Insular y al Gobierno de Canarias.
Por otra parte, el experto en energías ve en el soterramiento de las líneas, que solicitan los organismos insulares y los colectivos ambientalistas, dos problemas difíciles de solventar: por una parte, el económico (“¿quién va a pagar el sobrecosto de enterrar las líneas, al menos cinco veces más?”); y, por otra, el impacto sobre el territorio, igual o mayor que el visual que generan los tendidos aéreos.
Para Morales de Labra, se da un momento oportuno “para consensuar por todas las partes qué se quiere hacer” pero, luego, “cumplir lo pactado” para no volver a frenar el desarrollo de los parques eólicos en el que ya se ha invertido más de 10 años.