Francisco Aznar, catedrático de la Universidad de La Laguna, explica que Canarias debe buscar su futuro en Iberoamérica, donde “hay un mundo enorme que no hemos explotado”.
A su juicio, Canarias debe mirar más a Latinoamérica que a África: “Hay que mirar a todo el mundo, pero hay que ser más coherente con donde podemos sacar más rendimiento de nosotros mismos”. Y ese lugar es América, “donde somos bien recibidos”. En particular, valora el potencial de las industrias culturales son un tesoro, no se necesitan grandes inversiones, sino talentos, y sobra entre nuestra gente joven.
Considera que en Canarias “no somos conscientes de lo que ha sido nuestra presencia en América” y, así, cita logros como la fundación de San Antonio de Texas, Montevideo y la mayoría de las ciudades en Cuba o Puerto Rico, así como el hecho de que en la mayoría de las constituciones de los países americanos hubiera un firmante isleño: “Esa presencia no se conoce”. A ese respecto, lamenta que “en ninguna escuela de Canarias haya ni un librito que explique lo que hicimos en América”.
Sin embargo, no envidia la enseñanza catalana, porque “una cosa es explicar lo que uno es y otra cosa es explicar que uno es mejor que los demás”.
Gestión cultural
Aznar considera que la gestión cultural es la “asignatura pendiente” de Canarias: “Tenemos un patrimonio entero”. Señala el caso de La Palma, “que es una hermosura de arte, costumbres…” pero “no se da cuenta de que es por ahí por donde tiene que ir, no por los grandes emporios turísticos”. Considera que “no tiene lógica coger petroglifos y descontextualizarlos llevándolos a un museo”. Se trata, dice, de “una cuestión de educación, de lo que tenemos, de lo que significa y de nuestra responsabilidad con las generaciones futuras”.
A este respecto, confiesa vivir “con preocupación” el futuro de La Laguna, porque “que te designen es adquirir una responsabilidad para la puesta en valor de ese patrimonio” y el riesgo es “no tener conciencia de qué es lo que supone”. A su juicio, se debería proteger más, “que los ciudadanos sean más consientes”. Así, afirma “más visitantes no tiene que significar más bares”. El desarrollo, dice, tiene que afrontarse “con ingenio e inteligencia”.
Otro ejemplo es, a su juicio, la controversia por el BIC del Oasis de Maspalomas, donde “siempre se produce un cierto desencuentro entre quienes quieren un desarrollo mal entendido”. Si dependiera de los que buscan el crecimiento a cualquier precio, “las ciudades patrimonio no existieran”. Recuerda a los políticos que los votos dan legitimidad, “pero no dan inteligencia”, motivo por el cual aconseja que se dejen asesorar por los expertos, “que Canarias los tiene”.
Aznar fue uno de los promotores del reconocimiento de La Laguna como ciudad patrimonio de la humanidad. Recuerda que, cuando empezaron a trabajar, los empresarios decían que el municipio “ya estaba bastante hundido, que había que tirar esos edificios y poner otros bonitos”. Algo similar sucede en las relaciones entre la Universidad y la sociedad: “la sociedad no es muy consciente del tesoro de sus instituciones educativas y la universidad suelen encerarse en su quehacer. Ambas tienen que encontrarse. Es posible que estemos construyendo titulaciones que la sociedad no necesita. Pero de la misma manera, la sociedad ha de ser conscientes que hay que poner dinero para las universidades”.