El profesor de Derecho Constitucional, Gerardo Pérez, considera que la propuesta de reforma electoral presentada por PP, PSOE, NC y Podemos es “un paso adelante” aunque no resuelve “todos los problemas”.
El profesor de la Universidad de La Laguna apunta que, “en comparación con lo que hay, prefiero esta propuesta de reforma”, porque, según su entender, nuestro sistema electoral, “que es el peor sistema electoral del mundo” está basado “en una manifiesta desproporcionalidad que no es tolerable y todo lo que sea avanzar en proporcionalidad e igualdad, lo apoyo”. No obstante, matiza que no es esta reforma la que él postula, “pero es un pequeño paso adelante que beneficiará a la calidad democrática”. Su propuesta consiste en un mínimo de dos o tres diputados por cada isla, y el resto de la cámara distribuirla en función de la población.
Estima que la reforma electoral consiste en dos aspectos: la bajada de las barreras electorales y la proporcionalidad. En cuanto a la reducción de las barreras electorales “existe un mayor consenso en su manifiesta desigualdad. Se trata de un despropósito y los partidos políticos estaban de acuerdo”. La cuestión de corregir la desigualdad y desproporción en escaños por población se trató de resolver a través de la lista regional, “que era la propuesta detrás de la reforma del Estatuto”. Así, asegura que cuando se mandó la reforma al Congreso, ese era el espíritu: “viene así en el texto que se tomó en consideración en el Congreso y las enmiendas no lo han modificado”.
Pérez considera que frente a esta propuesta, la postura de Coalición Canaria es evidente: “se ha mostrado dispuesta a bajar las barreras, pero manteniendo la triple paridad”. Estima que si la reforma propuesta consiste en dar un diputado más a Fuerteventura y nueve a repartir entre islas “ya no es posible defender la triple paridad”. Por ese motivo no entiende que los firmantes de la reforma concedan once meses a CC para que fije su postura: “once meses me parecen demasiado”. Por otra parte, confía en que PP, PSOE, NC y Podemos no tengan discrepancias entre lo que defienden en Canarias y lo que defiendan en el Congreso: “No tendría mucho sentido defender un criterio aquí y otro en Madrid”.
Un “halo de esperanza”
Pérez estima que “desde la perspectiva de 35 años sin poder modificar nada, esta reforma al menos da un halo de esperanza”, al que se suma el hecho de que con el nuevo Estatuto de Autonomía una futura ley electoral requeriría la aprobación de los tres quintos de la cámara y no de los dos tercios actuales, “por lo cual sería más sencillo cambiarla y no creo que pasen otros treinta y cinco años”.
Sobre la polémica porque la reforma implica el incremento del número de diputados, Pérez considera que eso no tiene por qué suponer mayor gasto, pues “la partida que ahora existe se dividirá entre setenta”. Aunque este incremento no es lo “deseable teóricamente”, considera que en un acuerdo siempre hay que ceder y, en su consideración, “entre un parlamento más proporcional con más diputados y uno con menos diputados pero menos proporcional, elijo lo primero”.