Luis Ortigosa del Castillo, presidente de la Sociedad Canaria de Pediatría de Santa Cruz de Tenerife, destaca la escasa incidencia del colectivo antivacunas tanto en España como en Canarias.
Las VIII Jornadas Canarias de Actualización en Vacunas, recientemente celebradas, han certificado que las tasas de vacunación en Canarias son "muy altas" y no muestran incidencia del colectivo antivacunas: "Si les damos ecos, lo estamos haciendo mal, porque su influencia es mínima", afirma Ortigosa. Así, que el 95% de los canarios está bien vacunado no significa, siquiera, que el restante 5% no lo esté por pertenecer los padres a colectivos antivacunas: "son, o bien niños que no se pueden vacunar por enfermedades crónica o niños cuyos padres tienen algún tipo de miedo, pero sin ser antivacunas. Hay que acercarse a ellos e informarlos".
Ortigosa destaca que el calendario de vacunaciones cambia de forma frecuente para adaptarse a las circunstancias: "Hoy vacunamos frente a 13 enfermedades, lo que supone duplicar la cifra de hace treinta años". Así, dos de las más recientemente incorporadas, las vacunas contra el neumococo y la varicela, son el producto de una larga lucha de los pediatras. El experto matiza, sin embargo, que debemos distinguir entre las vacunas financiadas, que paga el sistema sanitario público, y el grupo de vacunas no financiadas por el sistema público, "pero que los pediatras recomendamos". Afirma que respecto a este último caso se puede hablar de "cierto grado de iniquidad".
Sobre la efectividad de las vacunas, Ortigosa señala que el sarampión no circula en España, "pero sí en Europa, donde ocasiona 22.000 muertes". Por este motivo se debe mantener alto el nivel de alerta ante la llegada de niños procedentes de otros países. Así, en Canarias se registró el caso de un niño italiano enfermo de sarampión "pero no consiguió infectar a ningún niño canario porque el 95% está vacunado contra esa enfermedad". Ahora en Italia y Francia se comienzan a vacunar de forma obligatoria.
El experto señala que países como Venezuela registran 800 casos de sarampión o de difteria al año, "enfermedades que estaban super controladas, pero que han reaparecido por motivos económicos". El caso de Europa es distinto, porque la reaparición de enfermedades tiene que ver con las campañas antivacunación. Ortigosa recuerda que el movimiento surgió a raíz de un artículo fraudulento de Andrew Wakefield en la prestigiosa revista Lancet en 1998: "Hoy ya se ha demostrado que no hay ninguna relación entre autismo y la vacuna triple vírica. Las vacunas salvan miles de vidas cada año". Sin embargo, "hace poco volvió a salir el debate en el programa de televisión de Javier Cárdenas. Los periodistas deben contrastar más las informaciones". Algo similar sucede con la vacuna del papiloma humano (VPH). "muy eficaz para prevenir el cáncer de cuello de útero". Son, dice ortigosa, "vacunas muy seguras. Siempre puede ocurrir un efecto secundario, pero no hay ninguna relación con las cosas que se dicen, porque las vacunas pasan por unos filtros tremendos".
Ortigosa recuerda que las vacunas "mueren de éxito", como le está sucediendo a la de la poliomielitis, pues solo quedan ya tres países (Nigeria, Afganistán y Pakistán) en los que se dan casos endémicos: "Quizás dentro de dos o tres años podamos erradicarlas".
Pobreza y nuevas tecnologías
Ortigosa considera "preocupantes" los niveles de pobreza que se viven en Canarias: "Se ve en las consultas y lo debemos combatir". Sin embargo, señala que el sistema universal de la salud "protege y cubre los riesgos de enfermedades. Otra cosa es el tema de la alimentación".
Respecto a las nuevas tecnologías, afirma que "no es de recibo que un niño de 8 años tenga una tablet o un móvil. Hay que saber usarlas, pero vemos niños con dos y tres años con móviles que manejan muy bien". Afirma que hay que saber "fijar tiempos y accesos" pues se comienza a ver trastornos por el uso de estas tecnologías, "como agresiones que se filman, problemas de la vista, el cansancio, etc."