El responsable de Recuperación de Energía de Endesa, Francisco Suárez, recordó que todos los fraudes que se realizan en la red de distribución eléctrica lo acaban pagando todos los consumidores.
Estos fraudes se realizan, principalmente, a través de enganches a la red por parte de feriantes y puestos que se ubican en los alrededores de las fiestas que se celebran en los distintos municipios. Se trata de una actividad peligrosa, por eso, “lo primero que debe preocuparnos es la seguridad de las personas, de los transeúntes y de los que están cerca de esas instalaciones”.
Endesa afirma que puede advertir e intentar que no pase, “pero no podemos estar 24 horas en todos los sitios”. No obstante, la compañía cuenta hoy día con más instrumentos que permite detectar posibles fraudes: “Tenemos mucha información y con esa información teledirigimos nuestras campañas”.
Endesa provee suministros provisionales en lugares predestinados para que los distintos puestos ambulantes puedan engancharse a la red. “Lo que deberían es ir a su comercializadora y solicitar el contrato para que haya tiempo de revisar las instalaciones y realizar el proceso de contratación”. Con una planificación adecuada se podría hacer bien, pero “vienen a última hora y pretenden que se haga sobre la marcha y esto es imposible”.
Los fraudes no suponen coste para la compañía, pero sí para los consumidores: “Todo lo que se defrauda lo termina pagando el resto de consumidores”. Pero lo más grave es que estos fraudes se saldan con accidentes. “El año pasado hubo algún accidente grave en las islas. Muchos fraudes terminan en el hospital”.
Asimismo, el responsable de Endesa recuerda que si el fraude supera los 400 euros “estamos hablando de un delito penal”, que se ve incrementado en la medida en que los fraudes suponen cierto trucaje de los dispositivos eléctricos que pueden poner en riesgo al personal instalador de la compañía eléctrica y a los propios consumidores.
El último dato del coste del fraude eléctrico es del año 2015, cuando se estimó un coste total de 150 millones de euros. El departamento de Recuperación de Energía de Endesa se encarga de “recuperar la energía que se pierde, porque el Gobierno penaliza las pérdidas de energía”.