Los vecinos han vuelto a denunciar los supuestos ruidos ante la Consejería, mientras que el vicepresidente del club, Juan Miguel Morales, pide que "si hay ruido, que se mida".
El viernes pasado han vuelto a denunciarlos ante la Consejería de Educación. Según explica Morales, “han celebrado una junta de propietarios y decidieron volver a denunciarnos”. El Club ha tenido que reducir los entrenamientos después de las dos medidas cautelares tomadas en los meses de febrero y septiembre. Actualmente entrenan de lunes a viernes de 16.30 a 19.30 sin realizar actividad los fines de semana. “Fue una medida para intentar convivir con los vecinos de esta comunidad”, apunta Morales, que se sorprende de que muchos niños a los que se impide entrenar “viven en esa misma comunidad de vecinos”.
Recuerda que en Málaga y en una situación similar, un juez tomó la decisión de que se suspendiera una multa al club de baloncesto “e incluso amplió el horario de entrenamiento”. Ahora confía en que la existencia de esa jurisprudencia permita que “esto se arregle y que intentemos regular el deporte base. Estamos desarrollando una labor social”.
A Morales le consta que la vecina promotora de las denuncias, una ex policía local, acudía vestida de uniforme a recoger firmas, “pero por ahí no queremos seguir porque no nos va a llevar a ningún lado”. Le interesa más el hecho de que no se haya realizado ninguna prueba sonométrica, aunque ellos mismos presentaran en marzo un escrito para que se realizara, “pero no nos han respondido”.
Actualmente, el quipo realiza parte de sus actividades en el IES Schamann, donde gozan de “unas muy buenas instalaciones” y del trato cordial de sus responsables. En el IES de La Minilla permanecen los niños de 6 a 11 años y un equipo de pre cadetes en el que “más de la mitad son alumnos del instituto”. Morales afirma que con estos incidentes han perdido deportistas: “Tenemos menos fichas federativas que el año pasado”.