La diversión de Antona

Comienzan a serenarse los ánimos y se enfrían las esperanzas de una moción de censura al presidente del Gobierno de Canarias.

Han pasado tres días desde que Asier Antona dijera aquello de que estaba dispuesto a presidir el Gobierno de Canarias si el PSOE y Nueva Canarias (NC) aceptaban su programa.

Tal afirmación ha vuelto locos a los golpistas en su deseo enfebrecido de eliminar a Clavijo y a Coalición Canaria (CC) del Gobierno de Canarias. Esos deseos han quedado muy claros en las últimas horas. A Antona se le ha saludado con un “bienvenidos al PP a las fuerzas del cambio”, frase que, pronunciada por un grupo tan de izquierdas como NC, suena cómica y descacharrante.

Antona dijo ayer otra cosa. Que sería presidente de Canarias si las fuerzas del cambio aceptan su propuesta sobre la Ley del Suelo –que coincide al ciento por ciento con la de CC– y que él, en ningún caso, presentaría la censura. Que tendrían que ser otros los que le llevasen al altar; que él estaría dispuesto a consumar el matrimonio siempre y cuando PSOE y NC conocieran la llave de la cerradura que bloquea su virginidad. De modo que hasta aquí ha llegado el juego del nuevo líder regional del PP: “Yo no quiero en realidad, pero si ustedes se empeñan en hacerme presidente, encantado de serlo aunque solamente tenga 12 parlamentarios…”.

¿Cómo se ha tomado CC el juego de Antona? Mal, muy mal. Los nacionalistas entienden que la frivolidad del político palmero da alas a quienes no piensan en otra cosa que en hacer ruido, tocar las chácaras e impedir la acción de Gobierno. Y seguramente CC tenga razón. No es propio de un líder conservador pedirle a la izquierda que lo haga presidente y todavía es menos lógico que la izquierda esté dispuesta a considerar tal propuesta.

Pero en Canarias –y esto lo hemos hablado de forma generosa esta semana– se ha perdido la vergüenza y cualquier asomo de dignidad. El espectáculo que está dando nuestra clase política es mezquino, sórdido, propio de la idiocia que se adueña de los partidos y de irresponsables sin remedio.

Les voy a dar varios ejemplos de aquello que ocurre en la fontanería y que la opinión pública desconoce porque estas cosas no suelen publicarse.

Representantes de Coalición Canaria han establecido contactos con Dolores de Cospedal para preguntarle si lo de Antona forma parte de un guión establecido o si es que el PP nacional se está pensando su alianza con CC. En Madrid están fumando en pipa con Antona. Se supone que si hay un acuerdo para apoyar un gobierno nacionalista en Canarias, una propuesta como la de Antona sobra por completo, aunque lo haya dicho con sorna y con ganas de tomarle el pelo al personal. ¿Qué pasaría si después de esto el papel de Antona se viese depreciado, y Madrid le haya cogido la matrícula al que quiere ser presidente regional pese a la fuerte oposición que tiene en la provincia oriental? ¿Qué pasaría si Madrid estuviese pensando en otros candidatos con mejores relaciones con el resto de sus compañeros y, sobre todo, con un candidato que no ponga de los nervios a sus socios de CC? ¿Será por esa razón por la que ayer se filtró el nombre de Manuel Domínguez como un presunto candidato de Madrid?

El follón que ha montado Antona no es chiquito. Un conocido alto cargo del PSOE llamó el pasado miércoles a otro ex alto cargo del PP. “Oye, que quiero que sepas que eso que plantea Antona nosotros podríamos secundarlo, podríamos articular una moción de censura en torno al PP”. El socialista que llamaba estaba dejando de hecho la Administración y hablaba en nombre de Patricia Hernández, esa mujer joven y musaráñica que no duerme por las noches pensando de qué manera podría clavarle un cuchillo en el corazón a Clavijo.

Y tenía razón. Hablaba en nombre de Patricia. Los ‘patricios’, que controlan cada vez menos, creen que todavía desde el grupo parlamentario pueden hacerle un gran daño al PP y qué mejor que apoyar una moción de censura que ellos no pueden presentar pues no tienen el permiso de Susana Díaz, entre otras razones porque los números no salen… O sea, que este lío se debe a la gracia de Antona. Como se deben algunas editoriales de ciertos periódicos, algunos pensamientos de determinados periodistas, ese runrún malicioso y nervioso que se nota en todos los mentideros.

Aunque no fue éste el único movimiento socialista. Otros, los más razonables y más serios, le hicieron llegar al presidente Clavijo su voluntad de negociar con él el retorno del Partido Socialista al Gobierno… No se sorprendan; es imposible saber cuántos partidos socialistas hay en este momento. Por un lado está Patricia Hernández, que desde el grupo parlamentario pretende actuar a capricho y, por el otro, está la gestora que preside Rodríguez Fraga y los líderes insulares que están cerrando filas en torno a una certeza: fue la actuación de Patricia Hernández quien los echó del gobierno; lo de Antona es una frivolité que ni siquiera se puede perder un segundo en discutir esa opción.

Y luego está Nueva Canarias, cada vez más perdida y cada vez más en el rincón. Esta semana han recibido un buen varapalo con el intento subrepticio de Morales de bloquear la inversión de Kiessling en El Veril. Blanco sobre negro: la fuerza de progreso es una fuerza involucionista que no hará progresar absolutamente nada. Su apoyo a Antona, otorgándole la Presidencia a cambio de despojar a Clavijo de la púrpura del poder, es pura antología del disparate.

Tras las elecciones, Román Rodríguez y Antonio Morales le recriminaron a Clavijo que pactase con el PP la Ley del Suelo, el partido de los corruptos, el partido de los antidemócratas, el partido que le había negado el pan y la sal a Canarias en los últimos cuatro años. Ahora el PP es un amigo, alguien en quien confiar. Antona no estuvo por aquí zarandeando a Canarias cuando los suyos le cerraron todos los canales de entendimiento a la comunidad autónoma. Ni tampoco Australia Navarro, de la que existen una colección de declaraciones apuntalando los latigazos de Rajoy al Archipiélago.

Estas son las consecuencias de las declaraciones de Antona. Cuando miramos lo previsto en el Parlamento el próximo día 19, sesión en la que tendrá que comparecer el presidente del Ejecutivo para explicar la crisis con los socialistas, únicamente un partido, un solo partido, no requiere justificación alguna del presidente: el PP, el partido que se ofrece para una hipotética Presidencia apoyada por la izquierda. Y eso es así porque la orden de Madrid es clara y taxativa: apoyen desde fuera el Gobierno de Clavijo.

Supongo que Antona se habrá divertido de lo lindo con su aportación al surrealismo insular. Pero su diversión, con el ánimo de satisfacer a todas las partes del conflicto, no ha gustado ni en Madrid ni tampoco le ha gustado a su socio en Canarias. Ha perdido parte de la confianza que tenían en él y puede que le pase factura en lo que más desea: ganar la Presidencia regional del grupo conservador en Canarias.