El rector de la Universidad Fernando Pessoa de Canarias califica de "incómoda" la posición contraria de Serra Majem pero apunta que no supone ningún obstáculo.
El rector de la Universidad Fernando Pessoa de Canarias, Antonio Rodríguez, defiende que el objetivo sea formar a los mejores médicos posibles para atender a la ciudadanía isleña, con independencia de que esa formación se adquiera en la universidad pública o en la privada.
Por eso no entiende la reciente polémica entre el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluís Serra Magen, y el presidente del Consejo Social de la universidad, Jesús León Lima, que se saldó con la dimisión de este último. La posición del rector, indica Rodríguez, es “incómoda”, pero no supone ningún perjuicio, porque el Gobierno canario ya ha dado luz verde a la titulación “porque todos los informes eran favorables”.
Mucha demanda para estudiar medicina
A este respecto, recuerda que la implantación de un nuevo título es algo a lo que requiere un debate profundo y se canaliza a través de las instituciones establecidas para ello: “La implantación de una titulación está muy regulada. Nosotros cumplimos los requisitos y lo que hacen los consejos de las universidades es valorar si los informes se corresponden con las necesidades de la sociedad canaria”.
Ha constatado que en Canarias existe mucha demanda para la titulación de medicina, aunque, por el momento, solo han solicitado cincuenta plazas, que son las que ha concedido la Consejería de Educación del Gobierno canario y que ahora se han elevado al Ministerio para su aprobación.
Renovación y certidumbre
Se trata de un paso para que la demanda de titulados en medicina se cubra, pero aún ha de avanzarse mucho más, algo que depende de que los hospitales canarios soliciten más plazas MIR, un asunto en el que las universidades no tienen competencias. Rodríguez indica que si bien la falta de médicos es un problema generalizado en toda España, en Canarias se agrava aún más por la edad media de los profesionales y el ritmo de jubilaciones.
Estima que la estabilización de la profesión médica pasa por hacer políticas encaminadas a dar valor a la profesión, estableciendo condiciones laborales y una estabilidad económica que haga atractiva esta dedicación. A este respecto, indica que en muchas áreas se está “perdiendo el norte de cuál es el fin”, pues “se observa todo de forma muy cortoplacista y no se legisla pensando en garantizar un futuro con certidumbre para las personas”.