Su presidente, Domingo Martín, asegura que la fijación de un precio mínimo obligará a dejar en Canarias cantidades importantes que serán cubiertas por la banana.
El presidente de Asprocan, Domingo Martín, teme que la Ley de cadena alimentaria, actualmente en tramitación, suponga el fin del plátano a medio plazo, por las dificultades que plantea para competir con la banana.
Contraproducente fijación de precios
La Ley de la cadena alimentaria data del año 2013, pero actualmente está en proceso de reforma para adaptarla a la normativa europea. La norma, señala Martín, pretende dar un mayor poder de negociación a los productores frente a los comercializadores, sin embargo, al aplicarse en algunos productos, como el plátano, la fijación de precios mínimos al agricultor resulta contraproducente. Esto es así, indica, porque este precio se traslada al mercado, pero si este no es capaz de pagarlo, el producto se tiene que quedar en Canarias, “algo que ocurrirá con una gran cantidad de plátanos”.
Además, Martín considera que la ley es muy “burocrática”, porque obliga a fijar el precio con mucha antelación, “lo cual desequilibra la oferta y la demanda, generando más pérdidas y dificultades para obtener más recursos. Es como si tuviéramos una enfermedad y nos recetaran un medicamento para otra”.
El plátano durante la pandemia
En otro orden de cosas, Martín señala que el plátano ha sabido sortear las dificultades de la pandemia de covid-19, cerrando el año 2020 con un incremento del cinco por ciento en las ventas: “Ha habido una respuesta en los operadores de mercado y el consumo ha crecido, recuperando la pérdida de los primeros momentos”. Asegura que muchos consumidores han apostado por los productos más tradicionales y que le daban más confianza.