Canarias se sitúa en el último lugar en negligencias médicas y en listas de espera, según detalla la presidenta de la Asociación de Defensa del Paciente, Carmen Flores.
El Archipiélago acumula hasta 325 denuncias por negligencias médicas, señala Flores, que alerta que la cifra podría ser de “escándalo” si se conocieran todos los datos o si, como ella recomienda, la oposición política exigiera auditorías externas de los servicios sanitarios.
Apunta que los mayores casos de negligencia se producen en las áreas de ginecología y obstetricia, debido a que se premia el parto natural y no se duda en recurrir a las palas o los fórceps. Se trata de un “empecinamiento en que tengamos un parto natural para puntuar” y eso, a su juicio, “es un delito”.
Se trata de una situación “subsanable” que podría evitar “muchísimas muertes” con tan solo incrementar la inversión sanitaria, algo en lo que, de forma “incomprensible”, España se sitúa a la cola de sus países vecinos. Y eso afecta más gravemente a comunidades como la canaria, “que necesita más dinero que el País Vasco” y, sin embargo, el País Vasco “tiene una inversión por encima de otras comunidades”.
Considera que las listas de espera rayan lo delictivo, pues comienzan “desde que el médico de atención primaria te manda al especialista”. Se inicia entonces un “peregrinaje” que se extiende un año o más y, así, “cuando te hacen un diagnóstico, el agravamiento de la enfermedad es seguro”. Además, en ese tiempo de espera, es muy posible que el paciente sufra un deterioro que lo fuerce a quedarse sin trabajo. La fórmula para solventarlo, dice Flores, es exigir el “cumplimiento de la ley” pues eso “no puede pedirse solo a Cataluña, tenemos que empezar por nosotros mismos”. Considera que la ley es clara al hablar de la “protección de la salud”, pero las listas de espera son “todo lo contrario”.
Afirma que no se cansan de enviar los casos a la Fiscalía, pero ésta les responde que no se trata de un ilícito penal, “sino de cuestiones administrativas. Hay que morirse para que un juzgado o un fiscal investiguen”.
Anima a los ciudadanos a que denuncien las listas de espera, las negligencias y los colapsos, pues “todos los veranos hay gripe y todos los veranos hace calor, por lo que no se debería producir colapsos”. Entiende que si se producen es porque la cabeza de los políticos “no da para más o porque solo piensan en su sillón”. Ella se inclina “por lo segundo”.