El consejero de Ciuca en el Cabildo de Gran Canaria denuncia el oscurantismo de la corporación insular y el personalismo de su presidente.
El consejero de Ciuca en el Cabildo de Gran Canaria, Daniel Reyes, afirma que el presidente de la corporación insular, Antonio Morales, siempre intentó desmarcarse del entonces líder del PP y también presidente de la primera institución de la isla, José Manuel Soria, pero lo cierto, señala, es que “son iguales”.
Silenciar voces opositoras
Así lo considera respecto de la actitud de Morales con el proyecto de la central hidroeléctrica de Chira-Soria, en la que Reyes ve un ejercicio de “personalismo, oscurantismo y una intención de favorecer a una multinacional”. Se trata, en suma, de “un proyecto personal del presidente” para el cual ha contratado a la empresa de comunicación 22 Grados, que participó en la campaña electoral de Nueva Canarias, y que ha recibido cuatro millones de euros en un concurso del Cabildo en el que una de las condiciones del trabajo era “silenciar las voces opositoras al proyecto de Chira-Soria”. Reyes lo califica de “tremendo”.
Este oscurantismo de Antonio Morales, señala Reyes, perjudica la actuación de la oposición, pues no permite que se fiscalice la actuación del grupo de gobierno. Por ese motivo, Ciuca ha acordado con el portavoz del PP en el Cabildo, Marco Aurelio Pérez, judicializar toda vulneración de derechos por parte del grupo de gobierno, “porque el Cabildo es una institución opaca que no da acceso a la documentación y lo hace de manera reiterada”.
Subvenciones, pero no inversiones
Matiza que esto no se produce en todas las áreas del Cabildo, pero sí en aquellas más polémicas, como la que dirige Carmelo Ramírez y que está destinada a la solidaridad internacional. Según Reyes, el oscurantismo impide que se fiscalicen las subvenciones.
A este respecto, señala la política del Cabildo basada en las subvenciones y no en las inversiones, con el fin de “tener a todo el mundo contento”. Menciona el caso de una asociación de riesgos aeronáuticos que recibe cada año 40.000 euros, “y que no sabemos a qué se dedican”, pero que cada año “da un premio a un consejero o al mismo presidente del Cabildo”.