Sus responsables recuerdan los retos y los momentos más dramáticos vividos desde 1998 en un servicio que sigue siendo referente para otras comunidades autónomas.
José Julián Isturitz, ex director Gerente de Gestión Sanitaria de Canarias, fue uno de los responsables de poner en marcha este servicio, heredero del antiguo 061. Recuerda que el Centro Coordinador era una demanda del Plan de Seguridad Canario, "para evitar los diez números de teléfonos que existían para comunicar una emergencia". El servicio se pudo poner en marcha gracias a un convenio con el Ministerio del Interior "que nos costó Dios y ayuda y más de un año de trabajo". Con la perspectiva del tiempo, considera que "las cosas han salido mejor de lo que pensábamos" pues en 1998 no podía pensar "que pudiéramos sentar bajo el mismo techo y coordinar a tantos servicios, como policías, médicos, etc."
Luis Rodríguez Neyra, gerente del 112 señala, veinte años después, que el presupuesto "siempre es corto", pero se muestra satisfecho de un servicio que "es un referente nacional" y que recibe "muchísimas" visitas de personas interesadas en aprender sobre su funcionamiento. Para Rodríguez, el hecho de contar con dos centros coordinadores, uno en cada capital de provincia, es una fortaleza, pues permite que cada sala sea "una réplica de la otra, lo nos permite ser redundantes, haciendo que si cae un servicio pueda gestionarlo el otro".
José Domingo Linares, director del 112, considera que el nacimiento del servicio supuso "un pistoletazo de salida para el resto de los sistemas de seguridad de Canarias", que tuvieron que evolucionar, creando consorcios de emergencias, aumentando las plantillas y mejorando los sistemas de comunicaciones.
La angustia de los incendios
"Cuando se trabaja en este sector se está en continua alerta", afirma Rodríguez Neyra, que recuerda que se incorporó al servicio entrando directamente a la sala de crisis del incendio de La Palma. Linares recuerda que el momento más dramático fue en el año 2012, cuando hubo tres incendios forestales: en La Palma, Gomera y Tenerife entre los meses de julio y agosto y se activó un gabinete de crisis permanente: "Lo recuerdo como muy complicado. Somos islas, y desde el punto de vista logístico, la complejidad es trasladar al personal. Cuando el fuego entró en Valle Gran Rey (Gomera) fue un momento angustioso. Llegamos a pensar lo peor, que encontraríamos personas fallecidas en su domicilio. Pero milagrosamente no hubo ninguna víctima".
Isturitz recuerda como momento anecdótico aquel en el que se vaticinaba que el servicio se caería la noche del 31 de diciembre de 1999 por el "efecto 2000": "Fue una noche muy tensa, pero no pasó nada". Por su parte, Linares recuerda otros dos momentos: cuando se puso en marcha el servicio "y hubo cierta persona que hizo una llamada falsa, sin saber que se le estaba identificando"; y cuando se avistó un supuesto avión sobre la bahía de Gran Canaria que resultó ser un barco: "Cuando se veía de lejos parecía un avión e incluso varios estamentos oficiales confirmaron que era un avión. Fue una anécdota que movilizó muchos medios".
Retos de futuro
Para Isturitz, a día de hoy se ha conseguido que el ciudadano dé por hecha la seguridad, pero aún se requiere más sensibilidad política. "Un plan de seguridad no sirve para decorar una biblioteca, tiene que estar el el ordenador, en el vehículo de bomberos y en el coche del sanitario".
Linares señala que los retos son hoy mejorar la localización geográfica de las llamadas de telefonía móvil para casos como los accidentes de senderistas. "Algunos países de Europa disponen ya de este servicio". Asimismo, considera necesario "abrir más el abanico de posibilidades para que las personas con discapacidades sensoriales puedan comunicarse con nosotros".
Ocho millones de personas
El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES) 1-1-2 del Gobierno de Canarias, dependiente de la Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, es un servicio público que nació el 30 de mayo de 1998 para dar respuesta a todas las llamadas de emergencia que se producen en el Archipiélago canario. Su funcionamiento está encomendado a la empresa pública Gestión de Servicios para la Salud y Seguridad en Canarias (GSC).
El 1-1-2 de Canarias es mucho más que un número de teléfono. Es un centro coordinador desde el que se gestionan los recursos de emergencia que existen en el Archipiélago, de tal forma que cualquier alerta, ya sea sanitaria, de seguridad, salvamento, extinción o rescate, recibe una respuesta inmediata e integral. Atiende unas 1.472 incidencias diarias y en estos veinte años lo ha utilizado ocho millones de personas.