La doctora en sociología y profesora investigadora del departamento de Sociología y Antropología de la ULL, aboga por políticas de abolición sin prohibir ni legalizar.
España es uno de los primeros lugares del mundo en la demanda prostitucional, recuerda la doctora en sociología y profesora investigadora del departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de La Laguna (ULL).
Esto se explica,señala, por la falta de políticas que disuadan a los hombres de esta práctica y las pocas expectativas que existen para las mujeres. Por ese motivo aboga porque el estigma de la prostitución “cambien de lugar” para hacer justicia al hecho de que “la prostitución la han creado los hombres y la sufrimos las mujeres”.
Señala que esta situación requiere medidas abolicionistas “que no tienen que ver ni con legalizar ni con prohibir”, sino con proponer alternativas y medidas educativas y de reparación para las mujeres.
Ellas: mujeres jóvenes. Ellos: hombres de cualquier condición
Indica que la situación de la prostitución en Canarias no es diferente de la de otras zonas, como Baleares o el Levante español, es decir, la de zonas que viven del ocio y del turismo. El perfil para ser reclutadas en la industria de la explotación es ser mujer joven en situación de vulnerabilidad económica, aunque cada vez más también en situación de vulnerabilidad afectiva o familiar: “Cuando las cosas fallan, parece que para las muejres no hay más alternativa que la prostitución”.
En cambio, el perfil de los puteros es de un hombre de cualquier clase social, cualquier edad y cualquier ideología. No obstante, Torrado pone énfasis en señalar que no todos los hombres son puteros, pero sí lo son en un número suficiente para crear un importante problema social.
Los espacios donde se ejerce la prostitución son cada vez más clandestinos, llegando a ser difícil hasta la intervención policial. Además, las expertas empiezan a observar que muchas de las captaciones de prostitutas se hacen a través de las redes sociales: “Parece que el lobby proxeneta también busca productos de cercanía, una vez que se están poniendo dificultades a las redes internacionales”.
Un problema de demanda
Considera que el problema de la prostitución es un problema de demanda: “Desde nuestra perspectiva no se puede convertir en un servicio la explotación sexual, porque en el sexo tiene que haber deseo e igualdad, y en la prostitución no la hay”. Eso no significa, recalca, que no pueda haber mujeres que la ejerzan libremente, pero son una minoría: “El Estado debe perseguir el proxenetismo sin ir en contra de las mujeres”.
A la experta le preocupa que cada vez más comience a consumirse pornografía a más temprana edad, a través de videos que relacionan la erótica con la violencia. Es una generación de “nativos del porno”, que no han tenido relaciones antes con personas de su edad: “Esto va a producir importantes daños sociales”.
Sobre la negación de la existencia de violencia de género por parte de algunos jóvenes, Torrado señala que se trata de personas que han nacido en democracia, con muchas leyes protectoras ya existentes, leyes que la generación anterior tuvo que ganar. Además, siguen los discursos de partidos políticos, a lo que se añade “una posmodernidad que discute las categorías de sexo y de género”.