El gerente de Canaragua en Fuerteventura señala que siempre es posible un uso más eficiente de los recursos, por lo que se tiene que aspirar al «cien por cien de regeneración».
El gerente de Canaragua en Fuerteventura, Felipe García, considera que de la actual situación de emergencia hídrica «todos somos responsables», desde una planificación que «no fue tan rápida como se necesitaba», aunque quizás no se pudo prever el fuerte incremento poblacional», hasta la actitud de la ciudadanía que, a su juicio, tiene que hacer un examen de conciencia y preguntarse «si no nos hemos hecho adictos al agua».
Colaboración público-privada
Considera que siempre cabe usar mejor los recursos, recurriendo a la regeneración del agua, cuya aspiración debería ser el «cien por cien». A este respecto, considera que la mejor solución es la colaboración público-privada a través de una empresa mixta de agua, que descargue a la administración de parte del trabajo.
Una situación «complicada»
En Fuerteventura se vive, en estos momentos, una situación «complicada», con obras de emergencia para paliar la situación. Se trata de dotar a la isla de nuevas desaladoras y mejoras en depósitos y redes de distribución.
García señala que Fuerteventura ha sido históricamente una «isla seca», lo que la aboca a una permanente emergencia hídrica, pero apunta que el gran éxito del turismo y la mayor demanda del agua del sector agrícola ha dejado las infraestructuras obsoletas. A esto se suma una red muy dispersa, lo que implica muchos kilómetros de red y dificultades para el mantenimiento.