El coordinador de la comisión de suicidios del Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife, afirma que la estrategia canaria de salud mental no está funcionando.
El coordinador de la comisión de suicidios del Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife, Felipe Lagarejo, considera que el suicio requiere de un enfoque social y no exclusivamente sanitario, que es lo que, a su juicio, se está haciendo en España.
Falta de prevención
Lagarejo entiende que el suicidio es un fenómeno complejo y multicausal, pero se puede encontrar un nexo común en aquellos espacios en los que sigue creciendo la cifra de personas que se quitan la vida, y ese punto de unión es la falta de prevención: «No hay estudios ni profesionales para evitarlo, y la cifra seguirá creciendo hasta que el suicidio no forme parte de la agenda prioritaria de los partidos políticos».
Vender humo
A este respecto, considera equivocada la estrategia de salud mental de Canarias, pues las cifras indican que se ha elevado la cifra de suicidios en un 10% de 2020 a 2021, cuando la media nacional ha sido del 6,7%. Señala que estas cifras deberían llamar a la alarma, pues «no podemos hablar de una sociedad avanzada cuando un cincuenta y uno por ciento de los jóvenes han tenido en algún momento ideas suicidas».
Apunta que se carece del número adecuado de psicólogos, porque actualmente hay 6 por cada 100.000 habitantes en Canarias, cuando la media europea es de 18 y hay países que llegan cincuenta: «Están vendiendo humo». A este respecto, añade que en España el tratamiento está escorado hacia el psicofármaco, «que no es apropiado para tratar el suicidio».
Una sociedad hedonista
Entiende que se le está dando un enfoque sanitario, cuando la forma de abordar el sucidio es a través de las causas sociales, porque es consecuencia «de una soledad, de una falta de empatía». Recuerda que un suicida no quiere matarse, «solo quiere dejar de sufrir» y para afrontarlo hay que analizar los espacios en los que se desarrolla la vida: «Vivimos en una sociedad absolutamente hedonista, no es una sociedad muy saludable».