El economista, asesor fiscal y socio director de Auren recuerda que un reparto proporcional de la riqueza es un postulado liberal.
El economista, asesor fiscal y socio director de Auren, Francisco Fernández de Pedro, hace en esta entrevista un profundo repaso de la situación económica mundial, y de España en particular, en la que destaca los problemas estructurales de desigualdad, la radicalización de las posiciones políticas y la dificultad para el sostenimiento del sistema de pensiones.
Pérdida de puestos en igualdad
De Pedro indica que, aunque es posible medir la desigualdad con distintos baremos, como el antiguo de la renta per cápita, hoy existe consenso entre los economistas en que el que ofrece la imagen más fiel es el denominado índice de Gini, que mide más allá que la división de la riqueza de un país entre el número de sus habitantes.
A este respecto indica que España ocupa el puesto sesenta y seis en ese índice, lo que significa la pérdida de muchos lugares con respecto a registros anteriores, cuando se ubicaba entre los cincuenta primeros. Es decir, en nuestro país se ha incrementado la desigualdad de forma significativa, algo que ha sucedido también en países como Italia o Grecia. De Pedro recuerda que países, como Portugal, tienen mejores cifras que España en una lista encabezada por Islandia, Eslovaquia, Noruega y Chequia.
Radicalización del pensamiento político
“España tiene un problema estructural de desigualdad que viene de la falta de empleo”, afirma De Pedro, que ve en ello el germen de la aparición de grupos políticos radicales que se oponen a lo que entienden como un ideal “social-comunista”, cuando la realidad, señala el economista, es que la igualdad viene siendo un postulado del liberalismo desde la revolución francesa.
Esta radicalización no es exclusiva de España, sino que se extiende hoy por todo el mundo, como se aprecia en Chile, país en que un seguidor de Augusto Pinochet ha ganado la primera vuelta de las elecciones presidenciales. En el otro lado de la balanza se ubican dirigentes como Nicolás Maduro y los seguidores de la revolución castrista.
Trabajar más para mantener las pensiones
Otro problema estructural que sufre España es el del desequilibrio demográfico y el nivel de paro, que hace difícil el sostenimiento del sistema de pensiones. De Pedro estima que en el futuro una parte de la factura de las pensiones tendrá que ser pagada reduciendo el gasto público, es decir, “reduciendo prestaciones”, como incrementar los años de cotización, y la otra parte se financiará subiendo impuestos.
“No quedará más remedio que trabajar más”, afirma el economista, que matiza que se trata de un postulado en el que ha de distinguirse entre aquellos trabajos duros que hacen difícil la prolongación del mismo más allá de cierta edad y los que pueden ejercerse durante más tiempo que lo que se contempla en la actualidad.