El decano del Colegio de Psicólogos de Las Palmas llama a abordar seriamente y con prevención las patologías mentales.
El decano del Colegio de Psicólogos de Las Palmas, Francisco Sánchez Eizaguirre, alerta de las consecuencias de la denominada “fatiga pandémica” las cuales, en muchos aspectos, pueden ser iguales o peores que las de la propia pandemia.
La fatiga pandémica es una forma de cansancio que repercute en el estado de salud tanto físico como mental. Se trata, señala Sánchez Eizaguirre, de un “agotamiento emocional” producto de un conjunto de situaciones y de sensaciones como el estado de ansiedad motivado por la situación social, la incertidumbre sobre el fin de la pandemia, la frustración y el hecho de que no se vea una luz al final del túnel, “y todo ello de forma acumulativa”. No se trata de la fatiga de un individuo, sino de una “fatiga de la sociedad”. Señala que uno de los efectos más perniciosos, a corto plazo, es que la gente puede perder el miedo incluso a contagiarse y comience a relajar las medidas de protección: “Esa es una parte del problema”.
El experto considera que las consecuencias de todo ese proceso deben trabajarse y prevenirse desde este mismo momento, porque en caso contrario pueden dar lugar a procesos depresivos que se pueden convertir en crónicos. Situaciones de este tipo pueden llegar a tener también consecuencias laborales, máxime en situaciones de crisis económicas en la que las empresas tienen que reactivarse y pueden encontrarse con una parte de la mano de obra padeciendo situaciones emocionales complejas.
El problema del suicidio
Una de las consecuencias más indeseables es que pueda incrementarse el nivel de suicido, un asunto, señala Sánchez Eizaguirre, que nunca se ha estudiado con la serie que merece por parte de los responsables políticos: “Es un tema tabú al que no se destinan recursos”. Señala que si en la situación prepandémica ya generaba más muertes que los accidentes de tráfico, “imaginemos en esta situación”. Aboga por diseñar planes de prevención a cargo de profesionales, la creación de entornos más saludables, el refuerzo de los sistemas de atención primaria, y que desde el sector privado se pueda dar una respuesta de apoyo.
Recursos para combatirla
Señala que la fatiga pandémica afecta a todos los estratos poblacionales y todos los grupos de edad, y aunque el personal sanitario haya realizado un esfuerzo mayor, recuerda que la realidad percibida del esfuerzo puede ser igual para cualquier persona.
Recomienda mirarse a sí mismo, observar los recursos con los que se cuenta y ver las situaciones de crisis como una oportunidad. Si no se tienen los recursos suficientes “hay que acudir a un profesional de la psicología”.