Gustavo Armas, el nuevo director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias ha admitido que "lloré tres veces de impotencia" en los más de 20 días que duró el gran incendio de Gran Canaria. "Había ostentado el cargo de gerente del Consorcio de Bomberos de Tenerife pero nada que ver con lo vivido el pasado mes de agosto".
Armas señala que "era difícil de asumir que no podíamos hacer nada contra la bestia, en un momento dimos por muerto el Pinar de Tamadaba pero el cambio en el viento nos salvó", explica, todavía tocado por lo ocurrido. El director general aseguró que "el factor suerte estuvo de nuestro lado, era casi imposible que no tuviéramos víctimas, ni siquiera una torcedura de tobillo, nada de nada, y eso es tener mucha suerte".
El direcror general de Seguridad y Emergencias también se acuerda "de la buena coordinación que tuvimos siempre, las órdenes iban por escrito para que, en un momento determinado, quedaran muy claras las responsabilidades y tuvimos una comunicación perfecta, siempre procedente de los técnicos que dieron los datos tal y cómo eran".
"Los alcaldes se pusieron muy nerviosos y enfadados", sigue explicando, "porque tenían que responder ante sus vecinos pero tengo que decir que todos respondieron en tiempo y forma. Yo entendía perfectamente su situación e intentamos responder a todas sus necesidades".
Gustavo Armas aprovechó para contar algunas anécdotas, "como la noche que Grillo, Florencio, de Protección Civil y yo ibamos caminando por la noche por el Parque Santa Catalina y un grupo de ciudadanos empezó a llamarnos a gritos. Pensé que iban a por nosotros y, de pronto, nos abrazaron y nos dieron las gracias por lo que estábamos haciendo por la isla. Fue maravilloso".