El viceconsejero de empleo del Gobierno de Canarias aboga porque el despido improcedente no dependa de la capacidad del empresario de pagar la indemnización.
El viceconsejero de empleo del Gobierno de Canarias, Gustavo Santana, considera que “más pronto que tarde” se tendrá que abordar en España las causas del despido, de tal forma que el despido improcedente no dependa de que los empresarios tengan o no tengan capacidad de pagar las indemnizaciones.
El “único acuerdo posible”
Gustavo señala este aspecto como uno de los puntos que quedó fuera de la reciente reforma laboral aprobada por el Congreso de los Diputados tras el acuerdo entre gobierno, patronal y sindicatos. A su juicio, este decreto fue “el único acuerdo posible” para que no descarrilara la negociación entre las partes, aunque ni patronal ni sindicatos quedaran completamente satisfechos: “Las negociaciones son así”.
Pero este acuerdo no significa, en ningún caso, que las relaciones entre los sindicatos y las patronales se vaya a quedar ahí, pues es necesario seguir negociando otros aspectos de la relación laboral. No solo, dice Santana, la indemnización por despido, sino también por las causas de este, pues poniendo límites al despido improcedente “se estará beneficiando la estabilidad en el empleo: “No se puede despedir porque se tenga una cuenta de ahorro con capacidad para pagar las indemnizaciones”.
La reforma fiscal pendiente
Señala que, en su opinión, otras de las materias que no tardará en ponerse sobre la mesa es el de la reforma fiscal, en la que Santana defiende un sistema “progresivo y solidario”, aunque reconoce que el debate puede no ser oportuno en este preciso momento debido a la situación económica. No obstante, indica que la presión fiscal española está por debajo de la de otros países europeos y el debate tiene que centrarse en los servicios que se prestan con las contribuciones: “En eso, el estado del bienestar se tiene que seguir fortaleciendo”.
Mantras económicos
Santana afirma defender un modelo económico “de carácter keynesiano”, pues se le antoja que no es posible “derribar el capitalismo”: Por tanto, aboga por un proceso de transformación en el que la clase trabajadora “tenga un nivel de renta adecuado, más allá de los mantras de que el SMI [Salario Mínimo Interprofesional] o la reforma laboral destruyen empleo”.