La jurista y especialista en derecho y gestión sanitaria, así como presidenta de la fundación Juana Reyes, pide al Gobierno canario que escuche a los enfermos en la reforma del plan canario.
La jurista y especialista en derecho y gestión sanitaria, así como presidenta de la fundación Juana Reyes, Isabel Aguilar Dorta. señala que el estigma “ha hecho mucha mella en el tratamiento de la salud mental”, como ella misma pudo experimentar cuando, en su juventud, padeció un trastorno de conducta de la alimentación.
En ese momento se dio cuenta de que los enfermos no solo tienen que luchar por la enfermedad, sino también combatir el estigma social. Por ese motivo decidió canalizar sus inquietudes y reivindicaciones a través de una fundación que lleva el nombre de su madre. A este respecto, señala que los padres de las personas que sufren una enfermedad mental siempre se preguntan en qué han fallado “y enseguida surge la cuestión de la educación. Eso significa que hay una escasez de información”.
Salud mental en tiempos de la covid
Aguilar Dorta afirma que la pandemia de la covid-19 ha tenido un impacto “tremendo” en la salud mental. Señala que, cuando se repasa la historia, siempre que ha habido una crisis socioeconómica ha sucedido un impacto sobre la salud mental de las personas, algo que ocurrió en las crisis económicas de 1929 y en la del petróleo de los años 70.
Lo que tiene de peculiar esta pandemia es el uso intensivo de la tecnología, algo que está “bien, pero hay que tener cuidado con el uso indebido”, ya que afecta a la dimensión social de los seres humanos y cuya falta es un factor de riesgo para la salud mental. Considera que, durante esta pandemia, se ha perdido socialización, por lo que estima que los problemas de salud mental se habrán incrementado en un 8 o 10 por ciento en estos últimos meses.
Infradotación del sistema de salud mental
Aguilar Dorta denuncia la infradotación del sistema de salud mental, debido a que “el estigma ha hecho mucha mella”. Señala que todo está estigmatizado, desde la medicación a las infraestructuras, pasando por el propio personal que atiende a los enfermos. Afirma que esto solo se combate divulgando la situación y visibilizando, algo que ha hecho el nuevo ministro de Sanidad del Reino Unido, exponiendo las directrices de un plan de salud mental dotado de recursos.
Indica que si bien en Canarias hay un compromiso de modificación y mejora del plan canario de salud mental, se pregunta por qué si el enfermo de salud mental es al que está dirigido el plan y es quien lo costea como ciudadano, “¿por qué no escucharlos desde el primer momento?”. Indica que, desde la fundación, están a disposición de las instituciones públicas para que no se repitan “las cosas que se han hecho mal en el pasado”. Por ejemplo, que la salud mental no sea “la hermana pobre de la sanidad”.