El director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias lamenta que se actúe a destiempo, "cuando ya el virus nos está ganando la carrera".
El director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, Jacob Lorenzo, afirma que la continua presencia del virus SARS-COV-2 constituye un caldo de cultivo para las mutaciones, por lo que llama a avanzar en conseguir la inmunidad de grupo y seguir extremando las medidas de protección.
Asegura que si no se logra reducir el nivel de contagios, el virus seguirá mutando y se asistirá a “una quinta, una sexta y una séptima ola”, aun cuando este virus no muestra una tasa tan alta de variación como otras variedades de la familia de los ARN. Recuerda que en Gran Canaria se ha llegado ya al 40% de presencia de la denominada cepa delta, un porcentaje del que augura que seguirá aumentando.
Considera que, en cuanto a las políticas públicas, se está actuando “a destiempo”, porque se reacciona cuando el virus va ganando la carrera. Por eso lamenta la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Canarias de rechazar el toque de queda, aunque considera que hay otras medidas útiles para evitar las reuniones de la población más joven, como controlar sus lugares de encuentro, así como cerrar playas y otros recintos.
Sin embargo, considera acertado que se relaje el uso de la mascarilla en exteriores porque entiende que si se puede mantener la distancia, “no tiene mucho sentido”.
Efectividad de las vacunas
Estima que, según los datos provisionales, la protección de las vacunas ante la cepa delta sigue siendo alta, aunque no tan elevada como con variantes anteriores. No obstante, recuerda que esto no significa que las personas vacunadas estén protegidas contra la infección y que, incluso, en algunos casos, puedan ser hospitalizadas.
Indica que, en general, la presencia en los hospitales de personas vacunadas obedece a que lo fueron hace muy pocos días o que han recibido solo una dosis. En cualquier caso, recuerda que las vacunas no protegen contra la infección, sino que reducen la posibilidad de que esta curse de manera grave y lleve a la hospitalización: “Siempre habrá excepciones a la regla.
Señala que una de las soluciones definitivas a la enfermedad puede constituirla las vacunas esterilizantes como las que se están investigando en España, que además de ofrecer una protección del 100%, impiden que la enfermedad se contagie. Afirma que hay muchas esperanzas, “pero el desarrollo científico en nuestro país va mucho más lento”.
Trabajo del instituto
Lorenzo recuerda que el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias está autorizado como laboratorio para la realización de test de la covid-19, por lo que están contribuyendo a detectar casos en la isla de Tenerife. Además, realizan cribados semanales en la Universidad de La laguna para observar cómo se distribuye el virus entre los estudiantes.
De la misma forma, mantienen una colaboración con el Servicio Canario de Salud, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín para investigar determinados químicos que permitan eliminar el virus de superficies.
Lamenta que la casi exclusiva dedicación a esta enfermedad impida al instituto continuar con su labor habitual de investigación de las llamadas “enfermedades olvidadas” que afectan a países con menor renta así como a virus emergentes.