El candidato de Unidos por Gran Canaria a la alcaldía de Santa Brígida asume el riesgo de concurrir solo a las elecciones «para no ser satélites de nadie».
El candidato de Unidos por Gran Canaria a la alcaldía de Santa Brígida, José Miguel Bravo de Laguna, afirma que, aunque han recibido ofertas de otros partidos, prefieren asumir el riesgo de acudir solos a las próximas elecciones locales del 28 de mayo, porque «en esta isla no se ha tomado aún plena conciencia de la necesidad de una fuerza que defienda a la isla», a diferencia de lo que, a su juicio, ocurre en lugares como Fuerteventura, Lanzarote o El Hierro.
Señala que si bien es un terreno que no es el que más le gusta, porque preferiría un sistema de dos grandes partidos, lo cierto es que las circunstancias han obligado a que existan partidos que defiendan los intereses locales, debido a la proliferación de partidos con aspiraciones territoriales y el deseo de las grandes formaciones por tener «satélites» en las distintas regiones: «En Unidos por Gran Canaria no queremos ser satélites de nadie»,
Mucho que hacer en Santa Brígida
Sobre su candidatura a la alcaldía de Santa Brígida, José Miguel Bravo de Laguna llama a no dejarse llevar por ideas equivocadas al comprobar que el municipio es el de mayor renta per cápita de la isla. Se trata, dice, de «un dato engañoso» porque en la localidad hay personas que tienen dinero, «pero también hay otros que tienen necesidades y hay mucho paro». Afirma que, en cualquier caso, gobernará para todos, para lo cual ha estado el último mes todos y cada uno de los municipios.
Señala que una de las dificultades del municipio es la gran dispersión poblacional, lo que dificulta proporcionar los servicios: «Es el momento de que despierte, porque lleva ocho años dormidos». A este respecto, indica que el presupuesto es de tan solo 18 millones de euros, una cantidad escasa, «pero el año pasado solo se gastaron 15 millones» y se estima que tienen 20 millones en los bancos; «Todo eso hay que corregirlo».
Aboga por bajar impuestos como el del IBI que, en su opinión, es demasiado alto para todas las rentas. Recuerda que los precios de los terrenos se fijaron al alza en 2004 y se optó por el tipo máximo: «Hay un margen para bajar el porcentaje».