→ «Frontex debe tener rigor científico, porque las migraciones no son un espacio para la especulación» → «Hay un cierto racismo cuando se da un tratamiento desigual a situaciones que son iguales» → «Muchas veces lo que existe es aporofobia, que no solo pasa con las personas negras, sino también con las más vulnerables de nuestra sociedad»
El coordinador territorial de CEAR en Canarias, Juan Carlos Lorenzo, señala que respecto a la acogida de menores migrantes, España tiene «un sistema hostil» que no permite hacer bien el trabajo. Se trata, señala, de un sistema «precarizado» en un contexto muy delicado, por lo que considera necesario «dejarse de tacticismo político y poner por encima de todos los intereses de los niños y las niñas».
Una calidad de vida «insuficiente»
Afirma que la única solución pasa por la distribución de estos menores por todo el territorio español, pues «no hay otra medida que permita trabajar bien» con unas personas cuya calidad de vida está siendo «insuficiente», pues nos estamos limitando a sustanciar necesidades básicas, «cuando debemos ir más allá en personas de tan alta vulnerabilidad».
Sobre el protocolo puesto en marcha por el Gobierno canario, algunas de cuyas cláusulas fueron declaradas nulas por el Tribunal Constitucional, Lorenzo indica que es conveniente identificar bien a las personas que llegan a las costas canarias, «pero no con que se introduzcan trámites que ralentizan los procesos».
Tratamiento digno e igual
En lo que va de año han llegado a Canarias 30.800 personas, con mayor intensidad en la segunda quincena de septiembre, lo que ha hecho que el sistema se tensione. Actualmente hay unas 6.000 o 7.000 plazas disponibles en las islas que están en torno al cincuenta por ciento de ocupación, gracias a los traslados que se siguen haciendo a la Península. Indica que, no obstante, se ha visto una alta tensión en El Hierro y Lanzarote, lo que invita a pensar dónde se tiene que poner el acento.
Considera imprescindible garantizar el tratamiento digno de los migrantes. Señala que España ha dado acogida a 120.000 personas ucranianas con rapidez y agilidad, a través de unos mecanismos especiales creados al efecto que también se pueden utilizar con las personas que llegan de África. Señala que son situaciones muy similares que deberían tener «un tratamiento similar». A este respecto, indica que muchas veces la xenofobia se detecta en el trato desigual que se da a situaciones que son iguales.
Considera que la distinción entre los migrantes ucranianos y los africanos en muchas ocasiones, una cuestión de «aporofobia», ya que nos identificamos más con las personas llegadas del continente europeo. Esto no solo pasa con las personas negras, «sino también con las más vulnerables de nuestra sociedad».
Ficticias naves nodriza
Lamenta los discursos que fomentan el odio y las especulaciones sobre la existencia de naves nodriza que traen a los inmigrantes, fenómenos que no se han visto «cuando sí hemos visto la letalidad de la ruta y cómo llegan esas personas». Señala que un departamento como Frontex debe tener rigor, pues este no es un espacio proclive a la especulación.