El director de la Clínica Gara considera que se fuerza a las mujeres a «tomar una píldora y volver a su casa», obviando sus efectos secundarios.
El director de la Clínica Gara, Juan Reyes, tras treinta y siete años practicando abortos, considera que la reciente reforma legal no beneficia a las mujeres, pues se las fuerza a tomar una pildora, «que es lo más barato, pero cuyas complicaciones no dicen».
Señala que los especialistas que tienen experiencia saben que las mujeres «sufren mucho en un aborto» y es «muy triste» que, probablemente por motivos econímocos, «se les dé una pastilla y se la mande a su casa».
Reconsideración de la decisión
Apunta que hay muchas mujeres que se arrepienten del aborto en el momento de la práctica, ya en el quirófano, «y hay muchas que reconsideran su postura después de tomar la primera pastilla».
Asimismo, indica que el hecho de que la sanidad pública esté obligada a practicar los abrtos no supone ninguna gran solución debido a las altas listas de espera, lo que la obliga a buscar quirófanos, así como la falta de especialización.
Presiones de organizaciones anti-abortistas
Recuerda que la Clínica Gara ha venido trabajando para el Servicio Canario de Salud a través de un concurso «que ha funcionado bien» y sin coste alguno para las mujeres, sufriendo muchas presiones de organizaciones anti-abortistas.