Manuel Padrón, responsable del grupo Juan Padrón y arrendatario del Hotel Santa Catalina durante los últimos 23 años, asegura no sentirse bien tratado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
“No me he sentido bien tratado, al contrario. Desde primeros de años me he intentado sentar con el presidente de Hotel Santa Catalina SA, Pedro Quevedo, pero me decía que no se podía reunir con un licitador. Yo quería sentarme con mi casero por los problemas de transición del hotel, quería hablar de qué hacer con los contratos pues tengo montón de dudas que aclarar”, afirma. Así, a día de hoy, “aún no sé qué hacer, tenemos que devolver el hotel sin ningún tipo de contrato, no sé si eso incluye la electricidad y el agua”.
Sobre el resultado del concurso, que ganó el grupo Barceló, Manuel Padrón afirma tener “sentimientos encontrados” debido al “cariño y sufrimiento” que su padre vertió en el hotel: “Me siento mal por haber quedado fuera del concurso, habíamos ido a Fitur a entrevistarnos con los operadores” y, de hecho, “hablamos con todos los que se presentaron”.
Según Padrón, su proyecto contaba con todo lo que pedía el Ayuntamiento: “un hotel con marca internacional, un cinco estrellas de lujo referente de Canarias”, pero “el concurso salió con un listón muy alto en inversión y personal”. No obstante, el grupo Juan Padrón se asoció con Riu Hotels para formar un equipo que “ha cumplido, que se volcó en el proyecto” hasta presentar “una apuesta bastante digna”.
La relación de la familia Padrón con el hotel se remonta a 1987, cuando comenzó a gestionar el casino adjunto, pero en 1994, el entonces alcalde capitalino, Emilio Mayoral, propuso a Juan Padrón hacerse cargo del hotel por 20 años. Tras treinta y seis meses de obras, en 1997, comenzó la gestión. La actual concesión concluye el próximo día 11 de noviembre, cumpliéndose el plazo de 20 años de explotación. Ahora, “los trabajadores están igual o más nerviosos que yo. Llevan un montón de años con nosotros. La gente se siente un poco extraña”.
El empresario recuerda que de los cuatro concursantes, todos estaban en la misma línea de renta, “pero en la línea de inversión estábamos en 18 millones de euros con otros dos y Barceló se fue a 24,5 millones”. Sobre si esto podría suponer una oferta temeraria alta, Padrón afirma que recibió una carta “de un anónimo, de algún amigo o conocido, diciendo que en el concurso del [Hotel] San Telmo se presentaron 17 ofertas y excluyeron a una que en vez de 1.000 de renta pagaba 3.000”.
“Riu está molesto”
Se muestra disconforme con la valoración, pues, a su juicio, hay partes de su oferta “que no se ha tenido en cuenta”, al tiempo que afirma no comprender cómo se han valorado diversos elementos del proyecto ganador. Por ese motivo, está a la espera de poder consultar toda la documentación del concurso antes de un posible recurso. “Riu está molesto y entienden que Barceló se tiró a la piscina. Viendo lo poco que hemos visto del proyecto, hay cosas a reformar que no le he visto sentido”.
Para Manuel Padrón, el Hotel Santa Catalina “es complicado”, pues, al ser un hotel de ciudad, tiene “seis meses de gloria y seis de infierno”. Así, en los últimos años han logrado equilibrar las cuentas por el boom del turismo, pero “estos meses ya no son lo mismo, han sido peores que los del año pasado”.
Sobre si tiene dudas sobre la trasparencia del concurso, Padrón considera que desde el Ayuntamiento “han intentado hacer las cosas bien, lo más pulcro posible”, pero la división de la comisión de valoración “ha generado confusiones”. Aunque evita hablar de favoritismos políticos, confiesa que “el ir recto me está afectando mucho, pero soy incapaz de salirme de la línea recta”.