La presidenta de la asociación de empresarios constructores y promotores de la provincia de Las Palmas lamenta la "burocracia bestial y la falta de liderazgo para gestionar".
La presidenta de la asociación de empresarios constructores y promotores de la provincia de Las Palmas, María de la Salud Gil, afirma que lo que sienten los constructores es “frustración” ante lo que entiende como “una burocracia bestial y la falta de liderazgo para gestionar”.
El crecimiento: Una verdad a medias
Señala que el anunciado crecimiento de la actividad económica es una “verdad a medias”, pues se quiere aparentar que hay “muchísimo dinero”, pero la situación es la de un presente condicionado por el incremento de los precios de las materias primas.
Ante esto, señala Gil, las administraciones han puesto un límite del 20% a la revisión de los precios de las obras ya licitadas y, además, con un corte inicial de probar el incremento de, al menos, el 5% de cinco materias primas en una lista cerrada. Señala que en esta tesitura puede ser inminente la paralización de muchas obras, la rescisión de contratos y, de forma segura, la pérdida de al menos un cuarenta por ciento para los empresarios.
“Lo que siento es frustración”
Señala que, frente a esto, hay dinero para inversión que no se gasta y fondos europeos que no salen a concurso público debido a la “burocracia bestial y la falta de liderazgo para gestionar”. A este respecto, indica que se anuncia a bombo y platillo la construcción de dieciséis viviendas del Plan Canario “cuando podríamos estar construyendo miles. Lo que siento es frustración”.
Defiende la alianza entre el sector público y el privado para sacar adelante los proyectos, de manera similar a como se repartió el dinero europeo de la pandemia en colaboración con las cámaras de comercio.