La responsable de clientes en Aguas de Telde afirma que la empresa se orienta por la empatía ante las dificultades económicas y digitales.
Los clientes en situación de vulnerabilidad son el punto débil de Miriam Ramírez, responsable de clientes de Aguas de Telde, que señala que estos se han incrementado de forma muy importante durante la pandemia de la covid-19. Indica que para evitar cortes en el suministro se hace una gestión personalizada y en ningún caso se corta cuando la factura se vence. Por el contrario, pasan 134 días desde el impago hasta la suspensión, tiempo en el que se realiza un trabajo coordinado con los servicios sociales municipales. Por eso, el número final de cortes no supera los treinta mensuales.
Mucha empatía
Ramírez indica que además de la vulnerabilidad económica está la digital, que no solo afecta a personas mayores, sino a todo aquel que no dispone de la tecnología. Para hacer frente a ambas se requiere empatía y, aunque se da algún caso de picaresca, “más bien se engañan a sí mismos”.