Hablamos con el periodista experto en turismo Michel Jorge Millares sobre la frágil frontera entre la hospitalidad y la turismofobia.
Jorge recuerda que el turismo se planteó desde los años sesenta "como una forma de captar divisas, y no se pensó en la calidad". De ahí comenzó a generarse una forma de entender el negocio que no siempre ha dado resultados satisfactorios. Así, el éxito de determinados modelos, como el de Barcelona, ha provocado fenómenos de turismofobia. "En Barcelona hay un problema de modelo, otras ciudades han crecido muchísimo más y no ha habido problemas".
A su juicio, el alquiler vacacional no es un fenómeno nuevo, pues en Canarias el crecimiento turístico obedeció a la inversión de pequeños ahorradores que compraron apartamentos en zonas turísticas y las pusieron en alquiler. El auge reciente del alquiler vacacional se debe al incremento de la demanda.
Jorge afirma que el turismo puede causar problemas, pero también puede beneficiar a las zonas, como lo demuestra el estado del litorial grancanario, "que ha mejorado sustancialmente en cuarenta años". Además, el sector turístico es el que más ha invertido en energías limpias.
En lo que ha fallado el turismo en Canarias es en no haber sabido vender al turista su diversidad y riquezas. A eso hay que unir a empresarios que quieren sacar el máximo rendimiento a la instalación turística con el todo incluido. "Eso es ser corto de miras".