El presidente de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten) señala que los productores aún no se han recuperado de los efectos del incendio.
Pablo Pestano, presidente de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten), señala que siempre debe protegerse a la abeja negra canaria, para que se conserven sus buenas condiciones, pero no hasta el punto de imponer medidas que perjudiquen a los productores.
Indica que la abeja negra se adapta perfectamente al clima de Canarias, y considera que el problema es que, hasta ahora, no se ha hecho el trabajo necesario para mejorar la raza, que dispone de mucho potencial.
Señala que Canarias se pueden producir abejas reinas a los largo de todo el año, lo que supone un importante nicho de mercado. No obstante, recuerda que la calidad de la miel no depende tanto de la abeja como del néctar de las plantas de las que se alimentan.
Los efectos del incendio
Señala que el incendio que sufrió la isla años atrás sigue produciendo efectos a los apicultores, ya que se quemaron muchísimas colmenas. Afirma que muchos productores sufrieron grandes pérdidas, lo que se complicó con la sequía posterior. En total se cree que siguen perdidas más de 4.000 de las 16.000 colmenas que entonces existían.