Hablamos con las premiadas: Dolores Corbella Díaz, catedrática de Filología Románica; Rosario Álvarez, catedrática de Historia de la Música; e Isabel Nazco, doctora en Bellas Artes.
Los Premios Canarias 2021 han reconocido a tres mujeres: Dolores Corbella Díaz, catedrática de Filología Románica en la Universidad de La Laguna (Investigación e Innovación); María del Rosario Álvarez Martínez, catedrática de Historia de la Música en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna (Patrimonio Histórico); y María Isabel Nazco Hernández, doctora en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna (Bellas Artes e Interpretación).
Un trabajo por el léxico canario
Dolores Corbella acoge el premio como “un gran honor” y un respaldo a su trabajo realizado en la investigación y conservación del léxico canario, así como un reconocimiento al trabajo que se hace en humanidades, reconocimiento que no había sucedido desde su institucionalización en 1984.
Afirma que el léxico canario está en un continuo cambio y se va adaptando a las necesidades del hablante, “quizás es la parte más democrática de la lengua”. Señala que su labor consiste en registrarlo y documentarlo ante la posibilidad de que alguna parte de él se pierda, como sucede con algunas palabras relacionadas con la agricultura o la pesca tradicional.
Corbella es académica correspondiente desde 2015, pero el sillón de la Real Academia Española “se hace esperar” y espera que, en algún momento, un canario o una canaria vuelva a formar parte de la institución: “Pero uno trabaja por su interés, no por los reconocimientos”.
Considera que el hecho de que en esta edición de los Premios Canarias hayan coincidido tres mujeres es “importante”, porque sus copartícipes “son referentes en sus dominios y es el reconocimiento a mujeres que llevan mucho tiempo trabajando”.
Conservación del patrimonio musical canario
Rosario Álvarez ha dedicado su vida a rescatar del olvido a compositores musicales de las islas, comenzando con Manuel Bonino, “que aún estaba vivo”. Recuerda que fue un trabajo “muy duro” realizado durante muchísimos años en equipo con Lothar Siemens. Su satisfacción, dice, es que en el mismo momento que recogía el premio, la compositora canaria Laura Vega estaba siendo interpretada en el Auditorio de Madrid.
Afirma que todo ese trabajo se llevó a cabo con patrocinio privado porque hubo poco dinero público: “Había que buscar dinero para todo” y afirma que jamás cobraron “absolutamente nada”. Todos los discos se guardan en el Museo Canario.
Asimismo, Álvarez ha realizado una meritoria labor de restauración de instrumentos, visitando iglesias para observar el estado de conservación de los órganos “y algunos estaban en malas condiciones”. Fueron los cabildos los que se encargaron de recuperar 22 instrumentos en Tenerife, 9 en Gran Canaria y 4 en La Palma. Por su parte, la musicóloga ha publicado 20 trabajos al respecto y espera que pronto se publique un libro sobre la materia.
Una cara libertad artística
Isabel Nazco resalta el hecho de que le dieran el premio en una situación tan difícil como la que supone la crisis migratoria y la producida por la pandemia de la covid-19. Señala que se siente sorprendida del reconocimiento a una técnica que no concibe como un fin en sí mismo, sino como “la forma de expresar vivencias interiores”.
Afirma que siempre se ha expresado con libertad y subvencionando ella misma su propia experimentación, “que se ha traducido en un conjunto de obras que serán objeto de crítica”. recalca que el fin último era contribuir a la apertura de nuevas vías de expresión: “Me he ganado la libertad y me ha costado cara, porque podía hacer cosas más aceptadas por la sociedad”.
Considera que en Canarias hay buenos artistas, “pero el arte se mueve en arenas movedizas. Si uno no defiende sus proyectos no se le escucha”.