Borges espera que en la reunión que este viernes mantendrán el presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Pérez, y el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta, con la ministra de Medio Ambiente y Energía, Teresa Ribera, se desbloquee el permiso para la reforma del hotel Oliva Beach que RIU Hotels gestiona en la isla.
La jurista recuerda que el permiso se solicitó a la Dirección General de Costas hace más de veintidós meses, sin que esta haya respondido a la solicitud. Este silencio crea un importante inconveniente a la cadena hotelera, pues, en las actuales condiciones, el Oliva Beach pierde dinero "mes a mes", llegando a acumular hasta 1,5 millones en pérdidas en la primera mitad del año.
Un asunto prioritario para el turismo y el empleo
Esta situación ha motivado a la cadena hotelera a solicitar al Cabildo de Fuerteventura y al Gobierno canario que asuman la defensa de este asunto en Madrid como "prioritario" para el empleo y el turismo de la isla. Asegura que es preciso hacer en la capital de España una labor "didáctica" de lo que supone "sacar adelante una instalación hotelera en Canarias". Considera que, aunque el Gobierno de Pedro Sánchez esté en funciones, "deberían funcionar, porque hay cosas perentorias". Por eso confía en que el viernes se dé "un golpe en la mesa, exigiendo un calendario de fechas".
Decisiones "muy duras y dramáticas"
Borges defiende la necesidad de reinvertir en el hotel para que este recupere la tarifa que lo convierta en rentable. La otra alternativa, para evitar las pérdidas, sería llevar a cabo un expediente de regulación de empleo y una reestructuración de los servicios del hotel. Serían decisiones, señala la jurista, "muy duras y dramáticas".
El Oliva Beach se explota en la actualidad en régimen de concesión, un derecho que, recuerda la jurista, nace de decisiones tomadas en el ámbito técnico, no político. Por tanto, consideraría una actitud "muy rastrera" si con este silencio administrativo se pretendiera que Riu Hotels renunciara a la concesión: "La concesión se realizó por medio de técnicos y se debe respetar". No obstante, afirma que tiene en mente "todas las posibilidades".
No habrá mayor aprovechamiento del suelo público
Las obras previstas en el hotel, señala Borges, se harán en la misma edificación, sin un mayor aprovechamiento del espacio público. Incluso está previsto demoler superficie edificada en la zona de apartamentos que no se volverán a edificar: "La foto fija del establecimiento queda como está e, incluso, va a menos". Lo que se produce es una redistribución del volumen ya edificado.
Señala que en la situación actual, el "drama mayor" lo constituye la situación de los empleados, por la incertidumbre que se crea respecto a los puestos de trabajo. Borges recuerda que en Canarias no hay alternativas al turismo "y es necesario hacerlo muy bien en ese sector para el mantenimiento del empleo".
Thomas Cook y la tasa turística
Borges afirma que la situación del turoperador Thomas Cook era conocida antes de su quiebra: "Que había riesgos se sabía, pero se estaba observando qué pasaba con inversores chicos o con las ayudas del gobierno británico". Señala que la quiebra ha generado un problema para Canarias por producirse, particularmente, a las puertas de la campaña de invierno: "Con el tiempo se acabará cubriendo por otros operadores".
A este respecto, señala que la tasa turística sería un error, porque repercutiría en el precio de las estancias turísticas y esto en la decisión de los clientes: "En estos momentos, en que tenemos los mercados competidores abiertos, para una familia puede ser decisivo pagar cincuenta euros más".