→ «Nunca me había pasado llegar a una institución en la que uno no pueda poner el faro a media o larga distancia» → «Los resultados de PISA no son extrapolables a la universidad, ni siquiera en sus primeros cursos» → «Hay que poner líneas rojas a la inteligencia artificial, pero no prohibir por prohibir»
El gerente de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Roberto Moreno, señala que los presupuestos para el próximo ejercicio de la institución educativa e investigadora son «muy justos», pero suficientes para cubrir todos los gastos sin necesidad de hacer recortes.
Entiende que la calidad de la enseñanza y la investigación que se lleva a cabo en la universidad es muy dependiente del dinero que a ella se aporta, por lo que es necesario que, desde las administraciones, se haga el esfuerzo necesario para que los resultados que ofrece la universidad están en consonancia con lo que de ella se espera.
A este respecto, indica que, a lo largo de su trayectoria al frente de la gerencia de varias administraciones, nunca le había sucedido que no pudiera poner el faro «a media o larga distancia» y tuviera que centrarse, de manera casi exclusiva, en los ingresos y gastos a corto plazo.
Considera que así es muy difícil poder llevar a cabo la adecuada planificación de la actividad, por lo que aboga por avanzar hacia el establecimiento de unas partidas financieras básicas que permitan hacer planificaciones plurianuales.
Cumplir con los objetivos
No obstante, Moreno recalca que, en términos generales, la ULPGC cumple con su objetivo de proporcionar formación a la ciudadanía canaria y lo hace en términos de calidad. A este respecto, apunta que los resultados del informe PISA, que detectan una caída en los resultados educativos en las islas, no son extrapolables a la universidad, «ni siquiera en sus primeros cursos», pues los estudiantes se esfuerzan para salvar las posibles deficiencias formativas que le impidan acceder a los contenidos de nivel universitario.
Moreno recuerda que las personas que estudian en la universidad disfrutan de mayor empleabilidad y muchas de ellas lo consiguen incluso antes de terminar la carrera. No obstante, indica que todo depende del sector económico del que se hable porque, en una economía como la canaria, muy dependiente del turismo, es lógico que se nutra más de la formación profesional.
Inteligencia artificial
Moreno, que es profesor de informática en la ULPGC, es partidario de poner límites o «líneas rojas» a la inteligencia artificial, pero no «prohibir por prohibir». Señala que ya se perdió el tren respecto de la regulación de las redes sociales, «en las que no se formularon límites y han cambiado el mundo de forma reversible».
Entiende que, en este contexto, lo más importante es salvaguardar los derechos de las personas, «porque detrás de toda tecnología hay intereses de poder». Considera que lo que hay que vigilar muy estrechamente son los usos que se hacen de la información, «porque no podemos estar vigilados».
Sobre su impacto en los puestos de trabajo, piensa que se seguirán automatizando, pero no cree que pongan en peligro los niveles de empleo, «porque siempre será necesaria una supervisión humana».