→ «En su momento defendí la tesis de que no se debía copiar una universidad anticuada como la de La Laguna» → «La fórmula actual ha contribuido a romper la región, porque los estudiantes no se mueven de sus islas de nacimiento» → «Lo que no me encaja es que se quiera instalar una planta de gas con los pocos barcos que requieren ese combustible»
El catedrático jubilado de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Roque Calero, participó en la constitución de la Universidad Politécnica de Las Palmas, embrión de la actual Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
No copiar una universidad «anticuada»
Señala que, en aquel tiempo, defendió la conveniencia de seguir potenciando la universidad politécnica y no optar por la vía de copiar el modelo de una universidad «anticuada» como la de La Laguna. Consideraba y aún lo sigue pensando, que lo mejor era desarrollar la Politécnica como una universidad más amplia.
Asegura que muchas personas coincidían en esa idea, porque entendía que solo había tres universidades politécnicas en toda España y se podían haber asumido todos los estudios respecto al desarrollo tecnológico en campos como la medicina o el turismo, «de tal forma que no se pisaran unos estudios a otros». Sin embargo, eran conscientes de que «no podían dar marcha atrás a toda aquella maquinaria» de creación de la ULPGC.
En detrimento del desarrollo de la región
«La presión exterior fue muy fuerte», indica, y el entonces rector, Francisco Rubio, reformó los estatutos para crear la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, lo que dio lugar a la creación de «dos universidades paralelas».
A su juicio ahora es preciso reformar ese sistema universitario «de forma muy profunda», porque «no se sostiene», máxime cuando, considera, ha ido en detrimento al desarrollo de un sentimiento regional, pues los jóvenes no tienen que salir de su propia isla para estudiar.
El problema de la planta de gas
Sobre la planta regasificadora prevista en el Puerto de Las Palmas, Calero recuerda que se trata de la respuesta a una directiva europea que calificó el gas como energía verde en un momento en que el gas era barato: «Ahora ya no lo es tanto y es, incluso, más caro que el fuel-oil».
Señala que ni el cinco por ciento de la flota que llega al puerto está gasificada, y un estudio realizado en el puerto de Rotterdam comprobó que hay un porcentaje de gas que no se quema y se incorpora a la atmósfera, «por lo tanto no era tan verde como se decía».
Un depósito demasiado grande
Indica que el gas natural licuado se tiene que depositar, pero siempre se evapora algo porque hay que disponer de un escape. Al cabo de tres meses, podría desaparecer todo el gas almacenado, cuando los barcos son muy pocos y no se prevé un incremento. Recalca que, lo que no le encaja es que con los pocos barcos que vienen se tenga un depósito tan grande.