La presidenta en Canarias de la asociación de empresarias y profesionales BPW Spain considera que la mayor desigualdad se observa en la brecha salarial y en la corresponsabilidad en los cuidados.
La asociación de mujeres empresarias profesionales Business and Professional Women (BPW) Canarias se fundó recientemente y está formada por empresarias y profesionales de distintos puntos de las islas, que representan a un amplio espectro de sectores y actividades. Su objetivo es poner en valor el papel de la mujer en el ámbito laboral, difundiendo y exponiendo ejemplos inspiradores de mujeres referentes en sus campos de especialización.
Su presidenta en las islas, Sonia García Fariña, justifica la importancia de esta asociación en el hecho de que si bien existen muchas leyes sobre la igualdad entre hombres y mujeres, “en la realidad se ve que no es una igualdad real”, por lo que queda “mucho trabajo y muchas acciones para que la sociedad entienda que las desigualdades aún están ahí”.
La BPW está presente en 110 países y cuenta con más de noventa años de historia. Para García Fariña, poder formar parte de esa gran red es “contar con el apoyo de todas estas mujeres repartidas por el planeta”, cuyas historias y problemas, a pesar de las importantes diferencias culturales, son muy similares.
Feminista, pero no excluyente
Se trata de una organización feminista, pero no excluyente, pues en muchas de las actividades participan hombres, así como disponen de una modalidad de membresía para ellos que les permite participar en el sostenimiento: “Una sociedad igualitaria se construye con todas las personas”.
Los principales ejes de actuación son la brecha salarial y la corresponsabilidad en los cuidados, respecto de los cuales García Fariña aboga por prescindir de la palabra “conciliación” ya que puede dar lugar a equívocos.
Así, menciona que una reciente encuesta mostró que cuando se pregunta a los hombres sobre la utilización del tiempo para conciliar, señalan la práctica de deportes y la vida social, mientras que, para las mujeres, la conciliación se emplea en atender la tareas de la casa y el cuidado de las personas a cargo.
Necesidad de la educación
García Fariña considera necesaria la actividad educativa para reducir las desigualdades en el ámbito profesional y empresarial, pues si todos los referentes que se ofrecen a las niñas en los libros de texto son hombres, estas acabarán asumiendo que “estos roles son de chicos”: “Si no incorporamos a los libros de texto la diversidad de mujeres que hemos tenido estamos creando estereotipos que la gente normaliza”.