Daida Graffigna, médica rehabilitadora especialista en medicina física y rehabilitación, destaca los avances en el tratamiento de las secuelas del ictus.
El ictus es una enfermedad cerebrovascular en la que se produce una interrupción del flujo sanguíneo en alguna parte del cerebro, un episodio que daña las células nerviosas y ocasiona importantes secuelas en los pacientes, según señala Daida Graffigna, médica rehabilitadora especialista en medicina física y rehabilitación de Hospitales ICOT Ciudad de Telde.
Sus síntomas característicos son el dolor de cabeza brusco, intenso y distinto a los habituales, la pérdida de sensibilidad en alguna extremidad, la visión borrosa y la dificultad para hablar o entender lo que te dicen. En estos casos es preciso llamar inmediatamente al 112 y trasladar al paciente a un hospital.
Seis casos cada día en Canarias
Los factores de riesgo de sufrir esta enfermedad son la falta de control en padecimientos crónicos como la diabetes, la hipertensión, así como hábitos de vida poco saludables como el sedentarismo, la obesidad y el consumo de estupefacientes, alcohol y tabaco. Se previene con el control de esas enfermedades crónicas, la buena nutrición y el ejercicio habitual.
En España hay más de 435.000 personas con daño cerebral, el 84% de ellos debido a un ictus. Se trata, señala Graffigna, de una cifra muy elevada, siendo la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres. En el año 2020 se registraron en Canarias más de 2000 ingresos hospitalarios, seis casos al día.
Las principales secuelas que padecen los pacientes son motoras, sensoriales, a nivel de la comprensión y el lenguaje y las conductuales, todas ellas con importante repercusión en la autonomía del paciente: “La incapacidad puede llegar a ser importante”.
Neurorehabilitación de última generación
La neurorehabilitación es un proceso complejo llevado a cabo por un equipo multidisciplinar de neurólogos, fisioterapeutas, auxiliares especializados, trabajadores sociales y personal de enfermería, a los que pueden sumarse otros profesionales. Como señala Graffigna, se utilizan técnicas convencionales, pero con nuevas tecnologías para conseguir la mayor autonomía funcional del paciente. No menos importante, apunta, es contribuir a que puedan recuperar su autoestima.
Entre la tecnología utilizada destacan los habituales exoesqueletos, que recrean un patrón de marcha fisiológica, y robots más sofisticados, como el Lokomat, que suma una pantalla con juegos para mejorar la habilidad del paciente al tiempo que se trabaja en la fuerza y la simetría en la marcha.
Otros aparatos, como el Dual Bike, creado por uno de los neurólogos del Hospital ICOT Ciudad de Telde, permite combinar tratamiento físico y cognitivo, así, si el paciente no pedalea lo suficiente, no se pueden resolver los juegos. A esto se añaden elementos de realidad virtual.