La presidenta de la Asociación de Familiares Menores Transexuales de Canarias, Eva Pascual, nos habla de la iniciativa que defendió en el Senado para que las personas transexuales puedan inscribir en el Registro la “identidad sentida”.
Pascual compareció en el Senado el pasado 23 de noviembre casi por casualidad, gracias a que tiene una familiar senadora que le ofreció defender su causa en una mesa de la cámara. Así lo hizo y, tras su intervención, la Cámara Alta dio el da visto bueno a la tramitación de la modificación de la legislación para que se pueda inscribir en el Registro Civil la “identidad sentida” de cada persona, con independencia de los caracteres biológicos.
Según Pascual, esta decisión permite “sentarnos a hablar” y de lo que ahora se trata es de “ver hasta dónde llega la reforma, porque tenemos una ley obsoleta y esperamos que al menos haya una mayoría de izquierdas”.
El origen de la iniciativa es la realidad de que “como padres te encuentras con unas leyes en las que tus hijos no están”. Así, para reconocer la transexualidad en España y cambiar el nombre en el Registro hace falta tener 18 años años de edad y reunir otras condiciones, además de depender del criterio del juez. Lo que se pretende es que “dejen de patologizar” la condición sexual ya que “puede ser muy humillante que tenga que verte un forense desnudo, o que te hagan preguntas como ‘¿te gusta el fútbol?’ para determinar si eres un hombre o no”.
En Canarias tratan de modificar una ley que data de 2014 y que “ya en el momento de su aprobación era obsoleta y coja”, porque en otras comunidades ya había una legislación “más adelantada”.
A pesar del éxito de su iniciativa, Pascual reconoce que su camino ha estado lleno de “sinsabores”: “Es un camino duro porque partimos de una sociedad patriarcal en la que esto incomoda”. No obstante, afirma que ha sido de gran ayuda la labor de activistas anteriores, como el caso de Carla Antonelli, “que han dado la cara”. En la actualidad, los jóvenes “están abriendo tantas mentes que la guerra está ganada. En tres años se ha dado un vuelco total”.
La asociación comenzó con cinco socios y ahora son más de cincuenta, un incremento que se debe al hecho de que “cuando uno da el paso, otros se animan a seguirlo”. A su juicio, la sociedad canaria es más tolerante que la media española, “pero también es hipócrita, porque te dicen que todo está bien, pero que te pase a ti”.