El economista y codirector de Informe sobre la pobreza en Canarias, David Padrón, cifró en unas 735.000 personas las que sufren pobreza relativa en las islas, un 35% de la población.
Dentro de ese 35%, afirma, un 13,6% se encuentra en situación de pobreza severa, mientras que el resto “es muy vulnerable y próximo a esa situación”. Según el informe, el grueso del colectivo está en situación de desempleo, pero “lo cierto es que para una proporción creciente, aunque no mayoritaria, contar con un empleo no inmuniza para entrar en una situación de pobreza relativa”.
El informe sobre la pobreza en Canarias es un encargo del Comisionado para la Pobreza del Gobierno de Canarias. Lo encargó en el año 2015 el entonces comisionado Néstor Hernández como un diagnóstico. El mismo se entregó en junio de 2016, pero el cambio en el comisionado, ocupándolo Santiago Rodríguez, motivó que se hiciera una reedición actualizando las bases de datos y resolviendo algunas erratas, aunque “en más del 97% se trata del mismo informe”.
Padrón señala que el informe responde al encargo de “dar la imagen más fidedigna de la pobreza en Canarias partiendo de datos oficiales”, aunque reconoce que estos datos deben completarse con la información que aportan las ONG y los distintos técnicos que trabajan en ese sector. La idea es que, a partir de estos datos, se pueda proponer un nuevo plan de lucha contra la pobreza.
“A los peores niveles de renta no ha llegado la recuperación”
Los datos de que se nutre el informe son, entre otros, la encuesta de estructura salarial, la encuesta de población activa, la de presupuestos familiares, y las condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística y la encuesta sobre condiciones de vida del ISTAC en el período 2006-2014. Padrón afirma que los datos son extrapolables a la actualidad en la medida de que “observamos que la recuperación económica no se ha repartido uniformemente, a los peores niveles de renta no ha llegado la recuperación”.
Lo que se entiende por pobreza relativa está “consensuados internacionalmente” y parte del “estándar normal en la sociedad en la que vivimos”, de lo que se sigue que “pobre es aquel que se aleja bastante de ese estándar, es decir, que está por debajo del 60% de la renta mediana”. Así, el informe elaborado en Canarias ofrece datos similares a los arrojados por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza del año 2015.
Incluso es consistente respecto de la polémica Tasa Arope (At Risk of Poverty and/or Exclusión) elaborado en el conjunto de la Unión Europea en el marco de la Estrategia 2020 y que arroja una cifra del 44,6% de pobreza en Canarias. A este respeto, Padrón señala que ha habido “alguna entrevista desafortunada” a la hora de valorar este informe pues no se ha sabido interpretar el concepto de “pobreza carencial”. Así, el informe consta de tres áreas y en una de ellas, que mide el estado carencia, hay nueve indicadores. “Si el entrevistado responde negativamente a 4 de esas 9 cuestiones, su familia sufre un problema de pobreza carencial, es decir, no se encuentra en el estándar medio de vida de un europeo”.
Padrón reconoce que esa pobreza carencial puede no coincidir con “la imagen del pobre que tenemos, pero es razonable que un europeo pueda disfrutar de estándares como comer carne, pollo o pescado, tener vacaciones, etc. Todos esas variables están bien contraladas”. Padrón confirma que todos los informe, incluido el Arope coinciden con el informe canario “al menos en términos cualitativos, lo cual da verosimilitud a los datos”.
Los niveles de pobreza en las islas obedecen a muchísimos factores, “algunos de los cuales compartimos con países desarrollados, como la desregulación, la globalización, la pérdida de protagonismo de los sindicatos”. Después hay especificidades canarias, como la estructura productiva orientada al turismo, donde no hay altos salarios, y “un tejido empresarial de reducida dimensión y con carencias gerenciales que parar sobrevivir apuesta por lo barato”, lo cual genera empleos de baja cualificación: “Canarias va a estar siempre a la cola si no suben los salarios”. Asimismo, apunta a otros elementos como la temporalidad del empleo que impiden proporcionar “recetas sencillas, se requiere un enfoque integral”.
Renta básica y economía sumergida
Para Padrón, una medida que podría atajar la pobreza es la de la renta básica: “Estoy expectante a ver los resultados de las experiencias en otros países, como Finlandia, donde los resultados que conocemos son bastante alentadores”. Asimismo, organismos internacionales como la OCDE “han dejado caer que en España se podría hacer una prueba de ese tipo. No podemos cerrar la puerta a esa posibilidad”. Respecto de la Prestación Canaria de Inserción, el economista considera que “hay que mejorar la eficacia en su gestión y evitar que se demore tanto el trámite y el abono”.
Otra medida que contribuiría a reducir los niveles de pobreza es la lucha contra la economía sumergida: “No es algo nuevo que haya surgido con la crisis, Canarias ha contado con tasas muy elevadas y eso es una mina en nuestra red de protección social”. A su juicio, “hay que meterle mano, hacerla aflorar. Es fundamental”.