Francisco J. Chavanel
Así va la ´moción de confianza´ al alcalde de LPGC
Ahí donde lo ven es un gran veterano. Forma parte del PSOE desde los 15 años y ha estado justo al lado de todos los que han reinado y levantado pasiones. Ahora le toca a él, aunque en un momento delicado… Cuando Pedro Sánchez duda de su lealtad, cuando fue desaparecido de la ejecutiva nacional, cuando construye su fortín en el Archipiélago a través de Ángel Víctor Torres y cuando Gran Canaria está a sus pies y a punto de parir un largo gobierno autonómico con Coalición Canaria, o con quien se pueda, a partir de 2019.
No está mal. Ha sido capaz de darle la vuelta a la situación cuando las cosas se las puso difícil Sánchez con sus celos sobre Susana Díaz y las tonterías de las fidelidades eternas. Se demuestra que es rápido, que sabe otear el camino, que sabe dónde golpear y cómo ganar. Lo querían retirar y, de repente, salvo el poder de Pedro Martín en Tenerife, gobierna al PSOE en Canarias de forma directa o vicaria. Este es el momento, queridos hermanos, de aplaudir la sabiduría y los conocimientos estratégicos de Chano Franquis.
Y, de repente, como salido de un rincón, inesperadamente, alguien que no se deja gobernar que pide su propio sitio en el mundo, salta como un resorte: Augusto Hidaldo, vaya. ¿No estaba usted señor alcalde suficientemente contento con su cargo, apoyado en su momento por Franquis, con sus concejales fracturados y peleándose entre sí, con el propio Franquis estableciendo sus propias políticas a través de sus acólitos? Pues debe ser que no, que es un auténtico martirio ser el alcalde de la primera ciudad del Archipiélago, negociar permanentemente, de manera concentrada, sin perder la mirada, con tus compañeros de tripartito (Podemos y Nueva Canarias), que son alambicados y muy suyos, y, luego, por si fuera poco, responder a tu propia gente, a tu propio partido, a las conspiraciones que nacen a tu espalda por aquellos que debieran respetarte y ayudarte, y que no se dedican a otra cosa que al desprestigio de tu labor utilizando las formas más dolorosas.
Ese jueguito de intrigas, enfrentar a compañeros, desnudar sus presuntos errores, usarlos como convenga, le encanta a Franquis. Ahora mismo, precisamente, está en eso con el objeto de derrotar a Hidalgo. Aunque las quinielas digan que Hidalgo arrasa, que el alcalde superará la moción de confianza interpuesta por Franquis, eso es mucho decir en quien ha ejercido el control de la agrupación socialista de Las Palmas en todas las circunstancias posibles, incluso cuando se le daba por perdedor. Si, al final, ha decidido presentar a ese candidato invisible -Miguel Ángel Pérez del Pino, autoridad única del Transporte en el Cabildo de Gran Canaria- es porque piensa que cualquiera le vale para lograr sus propósitos.
De Pérez del Pino no hay demasiadas cosas que recordar. Cada vez que abre la boca se gana un enemigo. Dice disparates como que fue el partido el que impidió que Saavedra privatizara Guaguas Municipales en 2008-2009, como si no hubiese sido el mismo partido el que impuso a Saavedra para la Alcaldía cuando el candidato proclamado públicamente ya era Arcadio Díaz Tejera, o como si Saavedra fuese un mueble fácil que llevar de un lado a otro. A su entender -que es el de Franquis- Hidalgo debe ser alcalde y consentido: “gestionar” la ciudad mientras el partido chanchullea por detrás y te pone los cuernos. Por esa razón Felipe González fue presidente del Gobierno y secretario general trece años, que es lo que ahora mismo es Sánchez, lo que en su día fue Zapatero, y lo que es Ángel Víctor Torres: vicepresidente del Cabildo, secretario regional, postulante a ser candidato a la Presidencia del Gobierno de Canarias. Concentran y concentraron cargos estratégicos por una sola razón: para evitar que los “franquis” del planeta controlaran las políticas que ellos hacían y por las que daban la cara.
Estructura del ‘desgaste’: mentiras, intrigas, liquidación del prestigio del oponente
Contaré algunas trampas que se perfilan: a) juez y parte, Franquis, secretario ejecutiva insular, defendió con su voto que los miembros de las Juventudes Socialistas podían votar en elecciones lcoales (así fue en Ingenio y Arucas); b) juez y parte, Franquis, secretario ejecutiva insular, impide ahora que hagan lo propio los miembros de las Juventudes Socialistas de Las Palmas de Gran Canaria; c) esto huele mal: huele a cacicada, a miedo pero, sobre todo, huele a ganas de trampear, de falsificar los datos electorales; d) cuidado con el censo: uno es el que aparece, otro el que será; y e) desvirtuación del censo: el secretario insular, Franquis, piensa impedir el voto de todos aquellos que no estén al día en los pagos o bien que se hayan hasta hace muy poco al día.
Y contaré también por qué Hidalgo debió seguir enterrado bajo piedra. ¿Es fiable para los planes de Franquis? Aquí planteamos una extraordinaria mentira. Es una discusión basada en la contradicción. En realidad, la gran figura del socialismo canario, la única que tiene auténtico futuro es Hidalgo. Tendría que ser el secretario regional y tendría que tener un partido a su lado que no estuviera todo el rato dando el coñazo recordando como si fuera el pecado original su presencia iniciática en Izquierda Unida. En un partido lógico Hidalgo tendría que ser el candidato a la Presidencia del Gobierno y Franquis estar a su orden o de retirada. Pero es evidente que nos topamos con todo lo contrario.
¿Qué quiere Franquis? Ya lo dije: gobernar las Islas con Coalición Canaria a partir del 19 ¿Está en contra de Hidalgo de esto? No, pero no es Franquis. ¿Está Hidalgo confabulado con Patricia Hernández y con todos los que combatieron a Franquis y a Torres, ese socialismo de postureo y de falta de empaque que fue expulsado por Clavijo del paraíso del gobierno?… Evidentemente no, pero Franquis dice que sí, porque le interesa, porque le viene bien, porque sabe que Gran Canaria no está con Patricia. Ha dado orden de que estas cosas deben conocerse en las redes sociales. Ha dado orden a los concejales que teóricamente están bajo las órdenes de Hidalgo para que pongan al alcalde a parir todo lo que puedan.
El joven que empezó con quince años está dividiendo al socialismo y está calentando al personal más de la cuenta. Es un juego demasiado sucio que desata indignación a su paso. Ahora lo que pretende es erosionar todo lo que pueda la figura del alcalde, dejarlo cojo y tambaleando y, después, pactar una lista de integración donde no haya vencedores ni vencidos, pero sí un alcalde atado a una silla. La vieja guardia no tiene remedio. Aquellos que impidieron la victoria de Gabriel Corujo -por tan sólo tres votos- hace cuatro años son los que deben hacer justicia con Hidalgo. La renovación tiene sentido cuando lo que se renueva se muestra como un poder totalitario y, sobre todo, cuando lo que viene a renovar desata ilusión y atrae a los votantes de distintas culturas e ideologías.