Francisco J. Chavanel
Parlamento nacional. Un diputado del Partido Popular le pregunta a Chano Franquis: “Hay que ver cómo te lo montas. Nada menos que te buscas un candidato para enfrentarlo al alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Olé tus huevos”. Respuesta de Franquis, visiblemente incómodo: “No, no, qué va, este es no es mi candidato -por Miguel Ángel Pérez del Pino, autoridad única del Transporte del Cabildo de Gran Canaria, hombre de confianza de Angel Víctor Torres y del reseñado Franquis, como todo el mundo en la ciudad y en el campo sabe-, “es el candidato del “Sanchismo”, de Luc André, yo no tengo nada que ver con él”.
Tal cual… Luc André ya lo conocen. Un emigrante de origen senegalés que ha hecho fortuna política en el PSOE, incrustándose en la Ejecutiva nacional después del último congreso, después de que Pedro Sánchez se pensase que tal vez su hombre en las Islas no era Chano Franquis en vista de su amor de última hora por Susana Díaz. O, por explicarlo mejor: que Sánchez se cogió un buen mosqueo cuando su principal aliado, Franquis, le ponía una vela por igual a Susana y a él. Por eso lo liquidó de la Ejecutiva nacional.
Y en cuanto a Luc André, pobrecito, ¿qué tiene que ver en esta guerra este chico noble, sin pesebre en el partido y sin ganas de crear su propia estirpe y que, bueno, que sí, que se ha colocado en contra de Augusto Hidalgo, pero por aquello de que el “sanchismo” no está con el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, pero que da igual, pesa lo mismo que nada, ya que él no posee acólitos ni cuadrillas ni seguidores que lo mimen, lo quieran o lo adoren. Pero eso sí: pasaba por allí, por lo que Franquis ha decidido que si pierde las culpas serán del negro; el negro es el que habló con Miguel Ángel Pérez del Pino y es el que ha tenido los bemoles de presentarle una candidatura alternativa, nada menos, que al socialista mejor valorado de Canarias.
Hay qué ver lo que se gasta el negro.
Ayer, el blanco, o sea Augusto Hidalgo, el blanco de los dardos de Franquis, el blanco que es como si fuera el negro de la Agrupación Local de Las Palmas, lo petó. Lleno hasta la bandera como en los mejores tiempos, y esos tiempos hay que ubicarlos veinte o treinta años atrás, y con todos los estratos, todas las corrientes allí presentes, dando muestras de que no van a permitir el “chanazo”, que el secretario insular, más por las buenas que por las malas, le haga una moción de confianza al alcalde y que lo triture para quedarse con todo.
Es una reacción emocionante en un mundo donde impera el escepticismo y ya casi queda gente que se mueva por ideas de justa justicia. Esta lo es. El socialismo está soliviantado, enfadado y con ganas de decirle a los viejos poderes que ya está bien de tanto reinado en nombre del dios de la codicia. En la presentación, Gabriel Corujo, no olvidó un dato excepcional: pido el voto para Hidalgo, cuando hace cuatro años me presenté a las Primarias contra él, para ser alcalde de la principal ciudad del Archipiélago, con el apoyo de Chano Franquis… Esto no lo dice cualquiera, hay que estar muy cuajado, ser muy buena persona y ser muy coherente con tus pensamientos para colocarte delante de tus compañeros y pedir el voto para alguien que no comulga con Franquis cuando Franquis tiene una lista negra de los que no comulgan con él y a los que va a pasar por la piedra el día después… Siempre y cuando gane.
Corujo es otro “negro” como Luc André. Perdió las elecciones a la Agrupación Local contra Franquis por tres votos de diferencia y, cabe suponer, que por decenas de votos más transados bajo cuerda en la superchería de que “conmigo te irán mejor las cosas”.
Así están las cosas, pues. Todos los “negros” del PSOE creen que su líder es Augusto Hidalgo. El líder para el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y para otros cometidos. Esto es lo que no les sienta bien a los blancos de Franquis y Ángel Víctor Torres. Tienen tiempo para recomponerse y para pactar modelos de supervivencia. La cosa está lejos de darla por ganada habida cuenta de las baratijas que manejan los blancos, su capacidad de negociación y de intimidación. Sobre todo, por su capacidad para hacer trampas con los votos ajenos.
Lo de ayer demuestra que el socialismo lo sabe y, que de la misma manera que hace unos meses apoyó a Torres y a Franquis frente a los “patricios” y al “juanfernandismo”, ahora lo que quiere es salvar su futuro otorgándole confianza al único “negro” que los puede devolver al poder real en el Archipiélago.
Luc André es un negro auténtico al que quieren echarle las culpas de la posible debacle. Debiera de hacer piña con el “negro” Hidalgo. Ambos vienen del ocaso, de las minorías, y del trabajo fiero para los latifundistas. Cuénteselo usted a Pedro Sánchez. Dígale la verdad. Que el chanismo no le venda su “negra”.