Francisco J. Chavanel
1.- Con las manos en la masa y sin argumentos
Tal como era previsible, el pleno del Cabildo de Gran Canaria del pasado viernes, con el asunto “Amurga amarga” de eje central, vino a constatar sin duda alguna que NC no tiene argumentos para defender lo indefendible y que el PSOE puede correr el riesgo de erosionar las posibilidades reales que tiene Luis Ibarra de ser presidente en las elecciones de mayo si no abandona el pacto de gobierno. Debe de alejarse porque parece el cómplice necesario y, de hecho lo es, para que una gamberrada, un pelotazo de libro, salga adelante. El PSOE no tiene solución: si sigue con Morales y con NC, será cómplice en algo que tiene apariencia de comisión de delito, y no de uno sino de varios; si se marcha, salvará los muebles, su dignidad y seguramente colocará a un hombre suyo en la presidencia de la institución dentro de cuatro meses.
El caso “Amurga amarga” se desarrolló durante cuatro tensas horas. Desde el principio hasta la mitad, la manija la llevó Carmelo Ramírez, para que quedara patente que lo sucedido había sido una cosa de cripta de partido, con él detrás. Hubo un instante donde Ramírez no dejó hablar a nadie. Gritaba, vociferaba y se comportaba como un energúmeno. El típico saboteador de asambleas. Su espectáculo causó tanta vergüenza propia y ajena que fue necesaria la intervención de Morales para demandarle a su compañero que se callara, respetara los turnos, que dejara hablar a la oposición.
Por un momento, dio la impresión de que Morales intentaba decir a los que allí estaban: “No me miren a mí; los que han creado este pifostio son de Nueva Canarias; son Carmelo y Román; yo me he limitado a asentir y a darle vuelo a la cometa”.
Lo que había que explicar y que no se hizo, ni se ha hecho hasta ahora, es algo bien sencillo: ¿Por qué, de 96 propuestas para una bolsa de suelo, únicamente sale adelante una y esa una pertenece a la familia política del presidente de Nueva Canarias, Román Rodríguez, en una institución gobernada por el citado partido? ¿Por qué sucede este caso ignominioso, un regalo de dos millones de euros, cuando la oferta inicial del cuñado de Román, José Victoriano González, era de menos de la mitad de lo finalmente pagado?
Esto es lo que tienen que explicar Morales, Ramírez y Román. Y eso es lo que justamente no explican… Porque no pueden.
Para evitarlo, recurren a argumentos muy pobres, yo diría que ni siquiera alcanzan la categoría de argumentos. Son pocos, escasamente tres. Aquí están:
Argumento número 1.- “Esto es una movida de CC-ATI, que se apoya en una ´acorazada mediática´ con el propósito de perjudicarnos electoralmente…”
Ya hemos explicado cómo se originó todo. Una fuga de información de un funcionario cabreado que lo pone en manos de un periodista. Este periodista le traslada la información al PP y son los consejeros Carlos Ester y Aurora del Rosario quienes piden el expediente, bucean en él, van atando cabos, hasta que todo el acopio de datos llega al periódico La Provincia, el cual hace lo que tiene que hacer cualquier medio serio que compite en el quiosco: publicarlo.
La única acorazada mediática que conocemos es la que paga a precio de uranio Morales. Paga para desinformar y para tener calladas a unas cuantas empresas y a sus periodistas. El mismo viernes, una vez terminado el pleno, todo el mundo pudo ver al director de Canarias7 saliendo del despacho de Morales después de entrevistarlo. La entrevista se publicó ayer en el mencionado rotativo. Entrevista de bochorno, con apariencia de favor y donde Morales no dice una sola verdad sobre el asunto que nos ocupa en un momento de extrema debilidad; debilidad que se impregna a lo largo de un monólogo disfrazado de conversación.
Lo único que le interesa al ciudadano es si es verdad o no es verdad lo publicado por La Provincia, o lo escrito o dicho por nosotros. ¿Le han hecho un favor o no la familia política de Román Rodríguez, y a él mismo, regalándole dos millones procedentes del Cabildo, o sea, procedentes de nuestros bolsillos, por unos terrenos que son un erial, que no sirven para plantar ni pinos, ni eucaliptos, ni vegetación mínimamente eficiente; un lugar donde difícilmente se “pueden criar lagartos”, según definición del risco de Marco Aurelio Pérez?
Argumento número 2.- “Nunca hemos sabido que José Victoriano González representara a la familia política de Román Rodríguez”…
No lo sabían ni el consejero Pedro Justo Brito, ni Carmelo Ramírez, ni Antonio Morales, ni el interesado Román. Nadie sabía que estuvieran negociando la venta de unos terrenos en Amurga.
Antonio Morales dio un dato más el pasado viernes en el pleno sobre esta ignorancia inconcebible… Dijo que sí que, efectivamente, conocía y conoce a José Victoriano González. De hace mucho tiempo… Por supuesto, añadimos nosotros, lo conoce también Carmelo Ramírez, al que tuvo de interventor de Santa Lucía durante 25 años, y lo conoce igualmente Morales, porque fue su interventor cuando presidió la Mancomunidad del Sureste durante diez años… Pero, claro, el hecho de que lo conociera no significa que conociera igualmente el expediente. Eso dijo. No sabía nada de Román, de si merodeaba por allí o no, de si José Victoriano lo representaba o no.
Morales miente; Ramírez miente; Román miente. Los tres mienten. El expediente que conocemos, y lo que conocemos es el expediente tal como es, sin manipulaciones de tipo alguno, contempla tres cartas diferentes del cuñado de Román, José Victoriano González, dirigidas exactamente a la persona de Morales, su amigo, colaborador e interventor, de una época no demasiado pasada.
La primera de las cartas data de febrero de 2018, que es cuando se pone en marcha realmente el procedimiento -dejen de fingir con el año 2014, pues en ese momento lo único que sucedió fue que la familia de Román presentó la propuesta sin que el Cabildo moviera un papel, hiciera el menor caso-.
… Como digo, hay tres cartas escritas por José Victoriano González dirigidas a la figura del presidente del Cabildo, Antonio Morales. No son cartas de amor, ni misivas para recordar viejos tiempos. José Victoriano no le pide a Morales que asista a la boda de uno de sus hijos, o al cumpleaños de un ser querido. Por tres veces, lo que le demanda es que atienda a su propuesta, o sea, que cumplimente el pelotazo como hay que hacerlo “legalmente”: con apariencia de verdad.
Sorpresivamente, las tres propuestas de la familia de Román Rodríguez van subiendo el precio en todas las cartas en relación con la anterior. Empieza por 0,35 euros por metro cuadrado y termina en 0,75. Al final, por si fuera poco, le pagan 0,87 por metro cuadrado.
Felicidades a los negociadores del Cabildo, que han estado “maravillosos” en la defensa de los intereses públicos. En vez de negociar para bajar las pretensiones del intermediario, lo que hacen es ponerse de acuerdo con él y pagarle casi el triple de lo que pide. En una empresa privada, los hubiesen echado a todos a la calle. En una empresa pública, debiera pasar precisamente lo mismo.
Argumento número 3.- “Lo que se ha hecho es legal porque viene precedido de cinco o seis informes de distintos técnicos… De la diversidad y de la coincidencia, obtenemos la legalidad”…
Ya, el clásico pretexto de los vampiros que succionan sin freno lo público.
Soria también tuvo informes técnicos favorables para permitir el pelotazo del Canódromo; o para comprar la porquería del edificio La Favorita por 2.000 millones de pesetas de la época, cuyo valor real era, y es, cero; o para construir el edificio ilegal de la Biblioteca.
Con informes técnicos favorables, Paco Santiago construyó en Telde un auditorio que huele a podrido y que, probablemente, nunca será inaugurado. Y con informes técnicos favorables el mismo Santiago hizo lo que le dio la gana con el Plan General. Primó a amigos y destrozó a enemigos. Numerosos particulares y empresarios acudieron a los tribunales a demostrar la gamberrada y eso ha terminado en onerosas indemnizaciones a pagar por el Ayuntamiento de Telde a una larga lista de damnificados.
Con informes técnicos favorables, el PP urdió el fracasado negocio de la Gran Marina.
Con informes técnicos favorables, el Gobierno de Canarias trazó el plan Tindaya. 24 millones de euros que terminaron en manos privadas sin que se moviera una piedra en torno a la montaña.
Todos los políticos oportunistas se parapetan tras letrados amigos o militantes, algunos ávidos de ambiciones desenfrenadas y dueños de pésimas intenciones, cuando no es el miedo y el acoso quien tritura las mentes de los más rectos. Esto es común en España y es habitual en la mayoría de las administraciones de Canarias. En el Cabildo de Gran Canaria se podría construir un parque temático que representara las distintas maneras de captación de ciertos políticos a determinados funcionarios claves e influyentes.
Por lo tanto: este Cabildo no es ningún ejemplo en cuanto a sus servicios jurídicos. Su jefe, hasta hace casi un año -aunque sigue yendo por las tardes al Cabildo porque así se lo tolera Morales-…, el jefe de estos nada inocentes servicios jurídicos se llama Carlos Trujillo, un señor condenado por la justicia como autor de distintos delitos por asesorar a empresas privadas mientras ocupaba la titularidad máxima en los servicios jurídicos del Cabildo. ¿A qué se dedicaba Trujillo? A prevaricar como un loco, a ofrecer informes técnicos “impecables” que ampararan determinadas fechorías. Les “regalaba” los concursos a las empresas que asesoraba… Pues bien, esta joya ha sido apartada e inhabilitada por los tribunales al ser un adicto al delito y a los “informes jurídicos perfectos y rigurosos”.
Prueba número dos de que este Cabildo no es ningún ejemplo en cuanto a sus servicios jurídicos. El hasta hace poco secretario del presidente Morales, Antonio Muñecas, fue apartado por la justicia al haber ganado su plaza de forma ilegal. ¿Saben quién, por tres veces, desobedeció la orden judicial? El que están pensando: Morales, el mismito que defraudó a los viejitos de Agüimes (350.000 euros), también, por cierto, en una acción amparada en otro informe judicial “impecable”…
Cuando Morales, o Ramírez, o Pedro Justo, o Román, hablan de “informes impecables, serios, exquisitos, rigurosos” -como lo que nos ocupa-, échense a temblar, porque la pinta que puede tener lo exquisito puede ser la de un moribundo comido por los gusanos y por los buitres.
Insisto por tercera vez: este Cabildo no es ningún ejemplo en cuanto a sus servicios jurídicos. El expediente demuestra que los técnicos actúan al dictado. En “Amurga amarga” el que lleva la voz cantante, muy seguro de sí mismo, es José Victoriano González, como si contara con una aprobación superior, con la seguridad absoluta de que todo iba a salir según se había pactado.
Cuando José Victoriano hace una oferta, esta es aceptada rápidamente por los técnicos del Cabildo en los términos expresados por el vendedor. A medida que José Victoriano va cambiando sus ofertas, intentando exprimir más al consistorio, los nuevos informes lo acompañan como una réplica o como un eco. Dicen exactamente lo mismo. Así hasta el final. Hasta que la familia de Román Rodríguez logra el premio de los dos millones de euros en las condiciones que le convenía, en una fecunda y rápida negociación que tiene un único ganador de 96 ofertas posibles.
Es un pelotazo. Es corrupción. No hay más.
2.- La finca de Amurga fue inscrita el 9 de noviembre de 2015. Cuando NC empezó a reinar en el Cabildo
Daré un último dato: ¿saben ustedes cuándo José Victoriano González y los cinco restantes hermanos políticos de Román inscribieron en el registro de la propiedad la finca ganadora de Amurga?… No se asusten: el 9 de noviembre de 2015, una vez nombrado y entronizado Antonio Morales; cuando llegó al poder NC, cuando ya no existía la menor duda de que el pelotazo saldría en esta legislatura. La finca ganadora de 485 hectáreas figura en el primer tomo 3.442; libro 1.114; folio 145…, del registrador de la propiedad de Santa Lucía de Tirajana, Javier de Angulo Rodríguez (este dato figura en documentación publicada por este medio en el día de hoy).
Conclusión: por muchas razones ya comentadas, Nueva Canarias no está en condiciones de gobernar el Cabildo de Gran Canaria. Ha estado en el escaparate durante cuatro años y ha demostrado con suficiencia que no posee conocimientos, ni altura, ni sentido deontológico. Son burros, pueblerinos, sectarios, derrochadores y sinvergüenzas.
En España, todos estuvimos de acuerdo en regenerar la vida pública cuando PSOE y PP, los dos partidos de la transición, se cansaron de robarnos las ilusiones, la esperanza y una parte muy significativa de los dineros públicos. Cuando despertamos dijimos: “esto no puede seguir así, hay que oxigenar esta atmósfera irrespirable para que la gente pueda vivir de una forma normal”. Y así llegaron a las instituciones Podemos, Ciudadanos y, últimamente, Vox.
Me temo que ha llegado el momento de regenerar lo que tenemos delante. Necesitamos partidos nacionalistas que nos defiendan en Madrid; yo, al menos, lo sigo creyendo ante la falta de compromiso de los partidos centralistas.
Pero los necesitamos limpios, preparados y no engolfados. No necesitamos trincones ni borrachos de poder para ejercitarlo contra los ciudadanos. No en ningún caso.
Nueva Canarias debe de regenerarse, pues hoy es un cuerpo corrupto que todo lo que toca lo destruye. Carmelo Ramírez, Antonio Morales y Román Rodríguez deben ser apartados por una organización que los mitifica, o les tiene miedo, que ambas cosas pasan, para ser reemplazados por otra generación de gestores que esté aseada, presentable y dispuesta a servir a valores de izquierda y de solidaridad, evitando la comisión de delitos y de actuaciones que causan náuseas.
Los principales líderes de Nueva Canarias son una mancha negra en la organización y deben ser sustituidos por una generación que existe, que espera, con experiencia y que es competente. Eso debiera hacerse ya y desde dentro. Como me temo que no hay coraje suficiente debido al control caciquil que tiene de ella Carmelo Ramírez, al final seremos los electores, nosotros, los que debemos coger la escoba y limpiar la casa de inmundicia.
En Las Palmas de Gran Canaria, los electores lo han hecho unas cuantas veces. Otorgamos mayorías absolutas con la misma velocidad que las quitamos. Damos la oportunidad a aquel que nos seduce. Cuando nos percatamos de que no es fiable, de que nos la juega, de que se lo lleva, de que se sube al promontorio de la soberbia y de la estupidez, entonces lo eliminamos, lo desnudamos, lo transformamos en una réplica del ser humano que fue. Toca volverlo a hacer.