Francisco J. Chavanel
El comienzo de la temporada –apenas dos semanas- ha servido para derribar tres mitos, tres supersticiones, que se habían levantado durante el verano como verdades irrefutables. El desmoronamiento de estas tres mentiras tiene su origen en una clase política que, lejos de servir a los ciudadanos, mezclan intereses públicos y privados de forma indecente. Y al papel de determinados medios de comunicación en manos de la ignorancia supina, o de grupos de intoxicación que los utilizan como si fueran sus altavoces.
1.-Microalgas o cianobacterias
La histeria se adueñó de la población en las islas cuando sobre nuestras aguas oceánicas aparecieron las denominadas “microalgas”, en realidad “cianobacterias”, porque eso es exactamente lo que son: unas bacterias. El profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Arístegui, el hombre más preparado de este Archipiélago en el estudio de tales fenómenos, llegó de otro lugar del planeta a las Islas encontrándose con toda una polémica amurallada en teorías sin pies ni cabeza.
El profesor, ni corto ni perezoso, completamente alarmado, se puso a disposición del Gobierno con el objeto de enviarle un informe que iba a redactar bajo la condición de que fuera conocido por la opinión pública para que supiera exactamente a qué atenerse.
Ya era tarde. Los técnicos habían dejado de hablar abrumados por una clase política con ganas de montársela al gobierno en minoría de CC. Toda la Oposición, PP, PSOE, NC y Podemos, nos dieron una clase maestra de manipulación y oportunismo, enrolándose en el barco de las caceroladas, para mentir como descosidos sobre algo que ni entendían ni querían siquiera intentarlo.
El informe del profesor Arístegui fue contundente: no existía relación alguna entre las cianobacterias y los vertidos al mar, ilegales y fecales en su mayor parte en la isla de Tenerife. Las bacterias eran producidas por el calentamiento global en un fenómeno que ya había sido detectado en el Archipiélago en 2002, 2004 y 2011, aunque nunca en esta proporción. El bloom, o sea, la acumulación de bacterias sobre el océano no se alimentaba de vertidos. Otra cosa era lo que sucedía cuando el bloom empezaba a dejar de existir y desnaturalizarse al acercarse a la costa. Allí esas manchas marrones se convertían en rojas en un suicidio programado. Los investigadores universitarios desconocían si existía relación con las erupciones submarinas del volcán de El Hierro; lo que tenían claro era que vertidos y bacterias no mantenían relación alguna.
Como siempre, nadie pidió perdón. Algunos hicieron todo el ruido posible para que las palabras y la razón de Arístegui no se conocieran. Hace dos semanas protagonizaron una sesión parlamentaria que causó sonrojo, por su venalidad, y por la cantidad de estupideces que se dijeron en pos de mantener una razón política completamente ausente de rigor científico.
La forma en que nuestra clase política se ha comportado en un asunto clave para nuestro medio ambiente es para hacernos pensar. Ya nos metieron en una buena con motivo de un petróleo que no existía y ahora vuelven por sus fueros enfrentándonos y desinformándonos con las cianobacterias. Los ciudadanos tenemos fundamentos de sobra para desconfiar de tamaños dirigentes.
2.- Los días contados de Negrín
El otro asunto donde los manipuladores hicieron su agosto –y nunca mejor dicho- fue el derivado de la televisión autonómica. Un periódico montó una escandalera de cuidado coincidiendo con la puesta en marcha del concurso de 144 millones de euros. Esa empresa privada, mediante la coacción y el chantaje, mediante también una habilidad extraordinaria haciéndole ver a esta clase política insolvente y vacía que los problemas de esa instalación privada son los problemas de la comunidad autónoma, puso en el disparadero al Gobierno, aprovechándose de su reseñada minoría parlamentaria.
Román Rodríguez, que parece un empleado de la casa, despidió el mes de julio prometiendo que cuando empezara a septiembre se cargarían de la presidencia del Consejo Rector a Santiago Negrín, por su osadía de poner en marcha un concurso que no le gustaba en absoluto a Canarias7, su rotativo amigo. Lo mismo dijo Asier Antona: “Lideraremos los cambios en la Televisión Autonómica”.
Llegó septiembre y la matemática no daba. Ni para cargarse a Negrín, ni para parar el concurso, ni para nombrar otros miembros del consejo rector, ni para nombrar un nuevo director. Los conspiradores no contaron con que el PSOE se metía en un congreso interno y que, a lo mejor, su candidata, Patricia Hernández, no ganaba. Un hombre prudente lo hizo. Ángel Víctor Torres llegó y ahí acabó todo. Esta misma semana, en sesión parlamentaria, Loli Corujo, portavoz socialista, habló de buscar nuevas soluciones al funcionamiento de la TVA, rompiendo si es preciso con las normas actuales, aprobadas por decisión directa de Paulino Rivero cuando ya se marchaba del gobierno, con el ánimo de dejarle una herencia contaminada a Fernando Clavijo.
Con lo cual el PSOE dejar de estar en el monte; el Partido Popular parece que está en lo mismo (Asier Antona dijo aquí esta semana que todo lo relativo a la tele hay que negociarlo con CC en un paquete donde estén varios asuntos como el Diputado del común, la renovación del Consultivo y de la Audiencia de Cuentas, con lo que el PP y Antona se despiden de las arteras trampas de El Sebadal).
Por si fuera poco. El gran arquitecto de este embuste prodigioso, Román Rodríguez, ni siquiera abrió la boca en la sesión parlamentaria del pasado miércoles. Román, delatado tantas veces por este medio por su especial relación con la intriga, se refugió en la cobardía. Además la comisión que estaba prevista para hoy se suspendió al no poder tocarle ni un pelo a Negrín.
Y además Videoreport y Canarias7 reconocieron su fracaso acudiendo a los tribunales para defender su posición en torno al concurso. Quieren demostrar que es irregular y que Santi Negrín convocó una suerte que no está dentro de sus responsabilidades y competencias. Un juez dirá si esto es cierto o no. Pero el movimiento de Videoreport explica bien a las claras que se apartan de la senda golpista en la que estaban, seguramente porque hay serias desuniones en su equipo.
Por otra parte, también se ha sabido que Jaume Roures, dueño de la Sexta y de Bein Sports, el hombre que arruinó a Prisa, ha comprado la parte correspondiente a Videoreport Canarias, cuando ya además tiene presencia en Socater, rival de Canarias7. Hay que preguntarse quien a partir de ahora representará en el Archipiélago los intereses de Videoreport, si los directivos de Canarias7 como hasta ahora, o el gran tiburón blanco Roures. La venta del paquete de acciones correspodiente a Videorepot Canarias por parte de Roures revela una pérdida de confianza de los antiguos propietarios.
Si han notado como si una gran mole de hormigón se venía abajo, sintiendo todos los efectos de un cataclismo, es que una estrategia pensada por dos ex presidentes de Canarias –Paulino Rivero y Román Rodríguez-, conjuntamente con los responsables de un periódico que depende absolutamente de vampirizar lo público para subsistir, se ha desplomado haciendo un ruido ensordecedor.
3.- …Y Cataluña
El tercer engaño es Cataluña, sobre la que no vamos a extendernos demasiado. El señor Puigdemont dijo que lo tenía controlado y por lo que parece no tiene ya ni urnas ni lugar donde votarse. Sí tiene, en cambio, mucha gente en la calle, mucho bullicio y mucha protesta, hasta que pase algo realmente grave que no tenga remedio alguno.
Y Rajoy dijo que también lo tenía controlado. Que no pasaría nada el 1 de octubre… Ya está pasando y de qué manera. España se juega su imagen ante Europa y el mundo, y la verdad es que no quedamos nada bien. Un país antiguo, con métodos arcaicos para practicar la política, que no es capaz de detener una región que se manifiesta multitudinariamente a favor de su soberanía.
En la Europa civilizada estas cosas no gustan. Ningún país europeo tiene un problema parecido. La mayoría de divisiones ya se han producido. Y en aquellos lugares donde es posible una independencia está pactada en la Constitución, lo que no ocurre en España.
Llama a la risa y las lágrimas a la vez, el que ayer dirigentes del Partido Popular dijesen que estaban dispuestos a negociar todo con Cataluña, incluyendo una revisión de la Constitución. Justamente eso es lo que se han negado hacer durante cinco años. La Constitución no se abre, la Constitución no se abre, es el mantra aplicado por el PP durante todo este tiempo. No se abre porque esa es nuestra ley y lo que debe proceder es la aplicación de la ley.
Ahora, que parece que el referéndum ha fracasado, los separatistas descubren que una manifestación multitudinaria en las calles de Barcelona cada día, y durante dos semanas, le hace más daño a España que el propio referéndum. Es insostenible que un gobierno democrático no haya querido solucionar mediante métodos democráticos una situación política aberrante.
España perderá esta batalla de imagen en el exterior pase lo que pase, aunque puede que después de que se nos lave la cara mejoren las prestaciones democráticas de un país que sigue comportándose como amo y señor de un imperio invisible.