Francisco J. Chavanel
El politburó de Nueva Canarias se pregunta qué fue lo que pasó el domingo para que sus dos candidatos al Congreso y al Senado, Pedro Quevedo y María José López, se quedaran tan lejos de sus objetivos y no volvieran a entrar en las citadas instituciones.
Ya saben ustedes que en la vieja Nueva Canarias no hay demasiada autocrítica, por no decir ninguna… Le echan la culpa al voto útil, al miedo a Vox y a un movimiento de izquierdas para concentrar el voto en el Partido Socialista. Es una explicación simple que apenas tiene relevancia. Los nacionalismos de izquierdas y de derechas han subido en toda España menos en la isla de Gran Canaria o, si ustedes lo prefieren, en la provincia oriental.
Y han subido mucho muchísimo. Ahí están los triunfos de PNV, Bildu, Esquerra Republicana y del grupo de Puigdemont. Han subido por encima de sus posibilidades. Incluso un partido regionalista, como el que preside Miguel Ángel Revilla, se ha colocado con un parlamentario en el Congreso. Ha sido el día de las rebajas para los movimientos nacionalistas, nunca lo han tenido tan fácil. Aquí, el miedo a Vox, a la entrada insurgente de la ultraderecha ha funcionado como un resorte para defender eso que se llama “lo nuestro”. La izquierda ha ganado gracias a Vox, los derechos sociales han ganado gracias a Vox, y los nacionalismos han ganado gracias a Vox. Esa es la conclusión.
Y luego está el fenómeno Coalición Canaria. Un partido nacionalista que no cree en la nación canaria que dobla su representación en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y que dobla el número de su votos en la tierra prometida de la que había sido expulsada por Nueva Canarias: provincia de Las Palmas… ¿Lo ven? Suben todos menos Nueva Canarias. Hoy no es el momento de analizar la fenomenología de lo sucedido con Coalición Canaria, pero va llegando el momento de que algunos analistas revisen su condición de odios familiares para ir pensando que la historia no es ni la que cuentan ni la que le han contado.
Les pregunto a ustedes: ¿qué han hecho los propietarios de Nueva Canarias por revalorizar su marca en los últimos años? En primera fila siempre están los mismos: Román Rodríguez, Carmelo Ramírez, Antonio Morales y Pedro Quevedo, todos ellos con 62 años, al borde de la retirada, con muchísimos años viviendo de la política y signos evidentes de estar agotados para el servicio público. Todos los citados, a excepción de Quevedo, precisamente.
Personas íntegras, valiosas, con experiencia en la gestión, como Carmen Hernández, Dunia González, la citada María José López o Teodoro Sosa, siguen en el banquillo, año tras año, esperando su edad de jubilación. Es como si dijeran: que sigan en sus respectivos ayuntamientos o en el Senado mientras nosotros, los que sabemos, los que entendemos de verdad cómo funciona la rueda de la fortuna, los que vamos a alcanzar la edad de Breznev en el poder, nos repartimos el bacalao.
La gente se ha dado cuenta; los accionistas de la empresa, los votantes, se han percatado de que les están tomando el pelo.
¿Qué puede pensar un votante de Nueva Canarias cuando se topa con un asunto como el de Amurga? ¿Cómo se puede digerir que el presidente de la organización, Román Rodríguez, esté avalando la actuación de seis hermanos políticos -entre ellos su propia esposa- para que el presidente del Cabildo de Gran Canaria -puesto ahí por Nueva Canarias- les dé dos millones de euros por una propiedad cuyo valor, dicho por ellos mismos, es ocho veces menor? ¿En qué cabeza cabe que el rescate de Amurga valga cuatro millones de euros, dos millones para los familiares de Román Rodríguez, cuando el que más y el que menos está avisado de que ese macizo no posee entidad económica alguna?
Es un pelotazo de libro, no cabe otra palabra para definirlo. Y es un pelotazo que se pretende vender con absoluta normalidad ante el conjunto de los votantes de Nueva Canarias, a los que los obispos de la organización tratan como si fueran imbéciles.
Por si fuera poco, si eres periodista, no digas nada, no vayas a fastidiarla. Aquel que denuncie el desafuero puede acabar en los tribunales, como le ha ocurrido al periódico La Provincia… Lo nuestro es distinto, ya nos dan por imposibles; saben que tenemos costumbre en acudir a los tribunales cuando nos denuncian, que no nos arrugamos y que solemos contar con detalle cada paso que sucede. No es una buena publicidad para ellos. Como tampoco lo son los pasos en falso con La Provincia…
Sus votantes se han enterado de que el viejo Morales, guardián de las esencias de Nueva Canarias, se ha mosqueado con este periódico porque publicó un informe de la Audiencia de Cuentas donde contaba múltiples irregularidades económicas en la dirección del Ayuntamiento de Agüimes en el año 2013. El informe de la Audiencia de Cuentas era público, discutido en el Parlamento de Canarias, y sus conclusiones daban como mínimo para una buena querella criminal. ¿O es normal que un ayuntamiento como el de Agüimes tenga una contabilidad B, con diez cuentas al margen de la contabilidad oficial, y con un millón de euros navegando en ellas?… Tienen suerte Morales y Nueva Canarias de que Santiago Pérez solo haya uno y que trabaje para ellos. Esa es la razón por la que existe un caso Grúas, absolutamente vacío de contenido, y no un caso Morales.
El juez le ha dicho al caudillo del Cabildo que su honor es muy bonito pero que este no es un caso donde su honor esté en juego, que deje de dar el coñazo en los tribunales que están para cosas más serias. Y que pague las costas, o sea, a los abogados de La Provincia. Ridículo y patético.
Los votantes de Nueva Canarias también se han enterado, desde hace un par de años, de que su ídolo Morales se ha quedado con la pasta de los dependientes del Ayuntamiento de Agüimes, en total 350.000 euros… Se ha quedado con la pasta de los dependientes y con la pasta de los medicamentos de los dependientes; pónganle ustedes otro millón de euros… Estas cosas las entiende muy bien la gente. No tienen nada que ver con el urbanismo, con la especulación, con los peritajes, ni con las perspectivas. Son situaciones obvias: tú, poder, el que dices representar a los necesitados, te quedas con la pasta de la gente que tiene opciones limitadas para sobrevivir… Todos tenemos familia, tenemos hijos, padres y personas de edad elevada a las que mimamos en lo que podemos. Son cuestiones sagradas. Si desde el poder de izquierdas, desde el poder de la solidaridad, se quedan con tu dinero, si te arruinan y te hacen polvo, ¿tú que piensas?… ¿Te sientes robado por los tuyos o no?… Tiene suerte Nueva Canarias de que solo exista un Santiago Pérez y que sea suyo; tienen suerte de manejar las cloacas en determinados sitios; de lo contrario, hoy estarían al borde de ser visitados en la cárcel…
Y lo último de lo que se han enterado los votantes de Nueva Canarias es de que el “mariscal” Morales le puso otra demanda a La Provincia, con el objeto de seguir defendiendo su maltrecho honor, por las informaciones publicadas sobre el compadreo de Amurga… Lo que faltaba. El juez le ha dicho que, si quiere defender su honor, lo mínimo que puede hacer es pagar él los abogados; que su honor es suyo, del señor Antonio Morales, que el Cabildo de Gran Canaria no tiene honor alguno al tratarse de una institución y de algo inanimado que carece de alma y de sentimientos, que si hablamos de honor solamente hay uno que defender, el del presidente del Cabildo como ser único, intangible, individual y personal, el del ciudadano Morales para ser concretos, y que ha de ser el ciudadano Morales quien contrate a los abogados pertinentes y no escudarse en los que tiene el Cabildo que pagamos todos… Sin decirlo el juez le ha dicho a Morales que es un jeta, un caradura, el propietario de una desfachatez como un piano… y por si fuera poco, no ha asumido la denuncia y lo ha mandado a pasear. Si le decimos que es un político de pueblo, le hacemos un favor. En los pueblos hay políticos bastante más sensatos que este perfecto impresentable.
Si a todo esto añadimos las querencias de Carmelo Ramírez por su Frente Polisario querido, al que sustenta con el dinero de todos, y el sometimiento de Román Rodríguez a determinada empresa privada obsesionada con recuperar el contrato multimillonario de la Televisión Canaria, pues ya está todo dicho…
Esa es la razón o las razones por las que Quevedo no salió… por las que Nueva Canarias fue castigada de una forma muy vieja por sus electores, justamente al contrario de lo que sucedió con todos los partidos nacionalistas en toda España y en Canarias.
Lo que decimos nosotros se puede verificar dentro de un mes, cuando toquen las autonómicas. Ahí veremos exactamente qué es lo que queda en pie y qué es lo que será destruido.