2000 canarios sufren un ictus cada año

Carmen Bahamonde, directora médica y neuróloga de Icot Ciudad de Telde | Foto: Icot

Carmen Bahamonde, directora médica y neuróloga de Icot Ciudad de Telde | Foto: Icot

Carmen Bahamonde, directora médica y neuróloga de Icot Ciudad de Telde, nos proporciona las claves para entender esta enfermedad cuando se celebra el día mundial.

Unos 2.000 canarios sufren cada año un ictus, según indica la directora médica y neuróloga de Icot Ciudad de Telde, Carmen Bahamonde, en el día mundial de esta enfermedad.

El ictus es la interrupción brusca de la circulación sanguínea en una parte del cerebro, de forma similar a lo que supone un infarto para el corazón. Las causas, señala la especialista, obedecen a un conjunto de factores, como el riesgo cardiovascular producido por la diabetes, el estrés o el colesterol. 

Mortalidad del 30%

En España la incidencia es muy alta, afectando cada año a 130.000 personas. En Canarias ronda los 2.000 casos anualmente y la estimación es que uno de cada seis españoles sufra un ictus a lo largo de su vida. Bahamonde recuerda que se trata de la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres. La mortalidad alcanza el 30%, y el 40% de los que sobreviven sufren una discapacidad severa.

Para tratar de prevenirlo es preciso controlar el peso corporal y los niveles de colesterol y glucosa, así como llevar una vida sin estrés y hacer deporte con frecuencia. Esto permite prevenirlo así como reducir la mortalidad, como ha sucedido en los últimos años: “Pero, en general, el ictus no avisa, aparece de pronto y te cambia la vida”.

Unidad de Neurorehabilitación 

La Unidad de Neurorehabilitación de Icot Ciudad de Telde está dedicada a recuperar, en todo lo posible, la capacidad de las personas que sufren un ictus. Bahamonde señala que tras sufrir este accidente, el cerebro intenta adaptarse supliendo las funciones perdidas. A esto se suma la neoplasticidad del cerebro, que facilita recuperar las conexiones perdidas. En la rehabilitación se trata de integrar estos dos mecanismos. 

Constituye la primera unidad de este tipo en el Archipiélago y está conformado por un equipo de profesionales multidisciplinares. Bahamonde indica que cada ictus es diferente y requiere de tratamientos sumamente personalizados, adaptados a la vida que llevaba ya ese paciente. 

Bahamonde señala que se puede recuperar un porcentaje muy alto de la funcionalidad, alcanzando el 65% en la facultad de andar, el 70% en la capacidad de comer de forma autónoma y el 75% en la capacidad para integrarse en las actividades de la vida diaria.