Maliense y educador en un centro de menores en Ayagaures, en Gran Canaria, vino a las islas con diecisiete años buscando una vida mejor. Catorce años después, afirma haber hecho "amigos de verdad".
Nacido en Mali, Aboubacar Drame llegó a Canarias en patera hace catorce años, siendo aún menor. Tuvo que pagar más de mil euros por el viaje que tuvo por objeto mejorar su vida, pues en su país de origen, en el que trabajaba desde los diez años de edad, la calidad de vida era “muy mala” y con bajos sueldos. Llegó a las islas sin intención de quedarse, aunque afirma que le gusta Canarias. Pero su casa sigue estando en África.
Amigos “de verdad”
Se siente muy bien integrado, con muchos amigos “de verdad”, aunque reconoce que sentirse integrado es algo subjetivo. No cree que haya racismo en las islas: “Todo lo contrario, es gente maravillosa”.
Asegura que las redes sociales son “lo peor”, pues se vierten algunos comentarios “que te dan ganas de apagar la pantalla, pero la mayoría no son así. Eso no representa a los canarios”.
“Hambre de ambición”
Afirma que, en África, el noventa por ciento de los jóvenes tienen “hambre de ambición”: “La inmigración africana no es solo inmigración hacia Europa, sino también a otros lugares de África. Para nosotros es algo natural, aunque aquí no esté bien visto”.